Elaboración de jabones a base de glicerina y frutas


Categoría: Pandilla Kids (3ro., 4to., 5to. y 6to. Año de primaria)
Área de participación: Ciencias de los Materiales

Asesor: BRENDA MAYANIN SALINAS RUIZ

Autor: Maria Fernanda Godinez Gomez ()

Grado:

Resumen

Los jabones comunes pueden a llegar a dañar nuestra piel, por eso decidí investigar sobre algun material que pueda ayudar a proteger nuestra piel por eso  decidí sobre las vitaminas y nutrientes de la «fruta» y que ademas cuenta con distintas funciones que actúan y protegen  la piel

decidí incluirlas en mis jabones y que ademas cumplen con los requisitos de sus vitaminas como las vitaminas A. B, C  y E. empece a elaborar  los jabones con glicerina  echa de aceite de coco y unas rodajas de naranja o aveces pude hacer jabones exfoliadores que claro con la avena y  miel actuan de la misma forma sobre la piel , se pueden hacer jabones hasta para el cuerpo que en dado caso serian     otros nutrientes que hasta podrían    llegar a ser un experimento para el verdadero cuidado de la piel  los jabones han existido desde antes y habn pasado por varias etapas asi que creo que no seria imposible hacer un jabón para el cuidado de la piel,

así que   si hago un jabón para el cuidado de la piel  ayudaría a eliminar las imperfecciones como los granos los barros y las espinillas y podría refrescar la piel puedo usar las vitaminas de la naranja, la manzana y la fresa

Pregunta de Investigación

¿Que beneficios y propiedades tienes la fruta y como protegen la piel?

Planteamiento del Problema

Nuestra piel es una de las partes mas ignoradas de nuestro cuerpo, de hecho le causamos daño mediante el uso de jabones comerciales. Los jabones de belleza disponibles en el mercado son ricos en ingredientes nocivos, sintéticos y productos químicos que pueden producir en daños en la piel.

Algunos estudios han revelado que como la piel es absorbente, absorberá todos los productos químicos y nocivos, lo que a lo largo pueden provocarnos incluso cáncer de piel. Es por ello que elaborar jabones con frutas naturales ayuda a la protección de nuestra piel y nos ayuda.

 

 

 

Antecedentes

El jabón (del  sapo, -ōnis, y este del germánico saipôn) es un producto que sirve para la higiene personal y para lavar determinados objetos. Se puede encontrar en pastilla, en polvo, en crema o en líquido.

El jabón generalmente son sales sódicas o potásicas resultadas de la reacción química entre un álcali (generalmente hidróxido de sodio o de potasio) y algún ácido graso; esta reacción se denomina saponificación. El ácido graso puede ser de origen vegetal o animal, por ejemplo, manteca de cerdo o aceite de coco. El jabón es soluble en agua y, por sus propiedades detersivas, sirve comúnmente para lavar.

Tradicionalmente es un material sólido. En realidad la forma sólida es el compuesto «seco» o sin el agua que está involucrada durante la reacción mediante la cual se obtiene el jabón, y la forma líquida es el jabón «disuelto» en agua, en este caso su consistencia puede ser muy viscosa o muy fluida.

Historia del origen del jabón

Como ocurre con otros muchos productos no está claro cuándo ni cómo se inventó el jabón, y diversos pueblos y leyendas se atribuyen su invención.

Según la leyenda en Europa se descubrió en Italia. Según cuentan en el Monte Sapo, cerca de Roma, se hacían sacrificios ceremoniales de animales. En ese mismo monte ardían fuegos para la realización de esas ceremonias de sacrificio. Según cuenta la leyenda cuando llovía el agua arrastraba la grasa animal y las cenizas de esos fuegos, que bajaban por riachuelos hasta la base del monte. Los esclavos que lavaban la ropa de sus amos en las aguas que bajaban desde ese monte descubrieron que esas aguas la limpiaban mejor e indagando en la razón de esto descubrieron cómo hacer jabón.

Los restos de jabón más antiguos son de origen babilonio y datan del 2800 A.C.

 

Caja de jabón «Amigo del Obrero» de México. De la colección del Museo del objeto.

En esencia el proceso de obtención del jabón, sea industrial o artesano, consta de tres fases: saponificación, sangrado y moldeado.

Saponificación: se hierve la grasa en grandes calderas, se añade lentamente sosa cáustica (NaOH) y se agita continuamente la mezcla hasta que comienza a ponerse pastosa. La reacción que ha tenido lugar recibe el nombre de saponificación y los productos son el jabón y la lejía residual que contiene glicerina: grasa + sosa cáustica → jabón +glicerina.

Sangrado: el jabón obtenido se deposita en la superficie en forma de gránulos. Para que cuaje de una manera completa se le añade sal común (NaCl). Esta operación recibe el nombre de sangrado o salado; con ella se consigue la separación total del jabón (que flotará sobre la disolución de glicerina), de la soda cáustica (que no ha reaccionado) y de agua.

Moldeado: ya habiendo realizado el sangrado, el jabón se pasa a otro recipiente o vasija donde se le pueden añadir perfumes, colorantes, productos medicinales, etc. Entonces, todavía caliente, se vierte en moldes, se deja enfriar y se corta en pedazos.

 

El nacimiento del primer jabón se pierde en la noche de los tiempos. Los egipcios ya utilizaban un producto jabonoso que consistía en una mezcla de agua, aceite y ceras vegetales o animales, fórmula que fue utilizada también por los griegos y los romanos. En el siglo VII existía una potente industria en España e Italia y fue precisamente en la ciudad italiana de Savona donde se empezó a elaborar un jabón de aceite de oliva que también hacían los musulmanes. En el siglo XV aparece el jabón de Marsella, el precursor de los jabones actuales, preparado con una mezcla de huesos (ricos en potasio) y grasas vegetales. La industria jabonera floreció en las ciudades costeras del Mediterráneo, favorecidas por la abundante presencia del aceite de oliva y la sosa natural. Durante la 2º Guerra Mundial, los americanos desarrollaron un tipo de jabón que podía utilizarse con agua del mar, pensando en los marines destinados en el Pacífico: así nació el jabón dermatológico, el menos agresivo de todos los jabones.

 

No es hasta el siglo XIX, cuando los científicos descubren el papel de las bacterias en el desarrollo del mal olor, que aparecen los primeros desodorantes. El pionero lo inventaron, cómo no, los americanos: «Mum» (1888), una crema bactericida que dio origen a una marca de desodorantes todavía en pleno auge. Su éxito fue espectacular, algo comprensible teniendo en cuenta que, hasta ese momento, lo único efectivo para combatir el mal olor consistía en frotar las axilas con amoníaco diluido en un poco de agua o en impregnarse en perfume, que mezclado con el sudor producía un olor bastante peor.

 

El jabón en el baño. El baño tiene su origen en un rito purificador presente en todas las culturas desde el bautismo cristiano hasta la inmersión en las aguas del Ganges. Cada civilización ha tenido sus ritos: en Grecia, el baño precedía siempre cualquier ceremonia importante; en Roma se construyeron las temas, piscinas de mármol comunitarias convertidas en lugar de reunión; los árabes practicaban los baños más refinados y sibaritas e inventaron el aman, el baño de vapor; en la Edad Media, los baños públicos eran habituales para la plebe, mientras la aristocracia se daba «baños turcos», costumbre traída de Oriente por los cruzados, pero a finales del siglo XIII se prohibió la mezcla de sexos. Durante el Renacimiento, se puso de moda, impregnarse en de fuertes perfumes que anulaban el mal olor corporal en lugar de lavarse.

 

Aunque se puede decir que la bañera como objeto es tan antigua como el hombre, su utilización masiva empieza en el siglo XIX, con el inicio de la distribución de agua por cañerías y la instalación de grifos. A partir de ese momento la industria del jabón alcanza un desarrollo sin precedentes. Los jabones fueron haciéndose cada vez más cómodos de utilizar, y a la vez que se convertían en objeto de consumo masivo perdían totalmente su calidad, cambiando su formulación natural por una formulación química similar a la de los detergentes industriales o domésticos.

 

Hoy existen jabones para todos los gustos, de todas las calidades y para todos los bolsillos, jabones con aceites y cremas hidratantes, jabones perfumados, jabones inodoros, sólidos, con textura de gel o de crema, y hasta las grandes marcas de la cosmética y de perfumería hacen sus lanzamientos de perfume acompañándolos de una línea de baño con la misma fragancia.

 

Variables controladas: La consistencia (dependiendo de los ingredientes pero la mayoría tienen una consistencia firme. Variable independiente: El color, diseño y aroma. Variable dependiente: Varia de los ingredientes algunos tardan muy poco tiempo en secar y otros llegan a tardar hasta por 12 horas.

 

Se cuenta que fueron los romanos los que descubrieron la saponificación a partir de los restos de cenizas y sacrificios animales. Que lavando en las aguas río abajo las ropas quedaban más limpias. Eso es lo que cuentan los italianos. Los franceses por su parte, cuentan que fueron sus druidas, a partir de grasa de carnero y cenizas, los que creaban un ungüento a fin de teñir sus cabellos, que este tenía propiedades detersivas y derivó en el jabón. Pero ya mucho antes se utilizaban álcalis naturales como el natrón o la potasa procedente de cenizas con fines de blanqueo y tratamiento de tejidos.

Se supone que fueron los fenicios los que difundieron la utilización de esos productos alcalinos antecesores del jabón.

Fuera como fuere, las primeras noticias que tenemos de la elaboración del jabón tal y como lo conocemos proceden de los árabes que lo introducen en Europa a través de al-andalus. Dicen que la primera gran industria jabonera la implantaron los árabes a finales del siglo XI en Sevilla, en la calle Castilla.

Denominaban a estas fábricas almonas. Más tarde los cristianos extendieron la buena costumbre de lavarse, muy rentable por otra parte, a otros países, instaurándose en Marsella (Francia) y Génova (Italia). En algunos reinos, como en el castellano, era patrimonio del Rey la producción de jabón y todo el que lo quería fabricar, utilizar, transportar o vender le pagaba impuestos por ello.

Más tarde aun, se extendió por toda Europa y cobraron importancia las producciones inglesas y alemanas, siendo estas últimas consideradas las de mejor calidad a finales del siglo XVI.

Ya a finales del s. XVIII, animado por un concurso público, Leblanc descubre el método para obtener sintéticamente el carbonato sódico lo que hace que la industria jabonera prolifere y mejore bastante. A partir de ese momento el arte jabonero se convierte en industria y tanto Leblanc como Solvay desarrollan métodos para obtener sosa cáustica con lo que el proceso es aun más efectivo. A principios del s.XIX Chevreul determina la naturaleza de las grasas lo que da pie al perfeccionamiento de la producción del jabón.

Con las grandes guerras en el siglo XX escasean las grasas tanto animales como vegetales y se elaboran otros productos sustitutivos del jabón. Los conocemos generalmente como detergentes. Desde entonces, fundamentalmente por su rentabilidad, se han ido combinando jabones con detergentes incluso hasta su sustitución total.

Las ventajas que aporta el jabón natural son fundamentalmente un tratamiento más suave para la piel y su biodegradabilidad. La ventaja que aporta la elaboración propia del jabón es la elección de las materias primas y de algunos aditivos como los aromas, siendo las esencias naturales la mejor fuente aromática, ya que además tienen propiedades terapéuticas.

 

Se cree que el jabón se inventó hace unos tres mil años. Se han encontrado en la Mesopotamia tablillas de arcilla sumerias que mencionan la mezcla que se obtenía de hervir aceites con potasio, resinas y sal y sobre su uso medicinal.

Los fenicios lo fabricaban con aceite de oliva y sosa cáustica (que hoy sabemos que es carbonato de sodio) obtenida a partir de las cenizas de la combustión de plantas halófitos (plantas que viven en las salinas) como la salicornia o la sal sola.

Recetas parecidas se seguirían utilizando en Siria. El jabón sirio, procedente de la ciudad de Alepo, antiguo territorio fenicio, se sigue fabricando hoy día con el mismo método tradicional y con aceite de oliva y aceite de laurel.

Los egipcios se frotaban con la mezcla obtenida del natrón (un carbonato de sodio mineral extraído de los lagos salados después de la evaporación del agua), tierra de batán (una arcilla poco elástica que tiene la propiedad de absorber las materias grasas) y altramuces remojados en agua de lluvia machacados.

Los germanos y los celtas utilizaban grasa de cabra y cenizas de abedul para fabricar sus jabones. El jabón era, según el historiador romano Plinio, un invento galo. Los galos fabricaban sus jabones con cenizas de haya y sebo o grasa de jabalí y lo usaban según Plinio para teñirse sus largas melenas de rubio o pelirrojo.

El olor de la grasa rancia les resultaba bárbaro a los romanos, que como los griegos y etruscos se lavaban frotándose por el cuerpo una mezcla de aceites aromáticos y arena o ceniza que luego eliminaban con un estrígilo.

En el siglo III a.C. se fabricaba en Arabia un jabón mediante la cocción una mezcla hecha con potasa, álcali proveniente de cenizas, aceite de sésamo y limón.

Hay quien asegura que los cruzados introdujeron en el siglo XI el jabón en Europa Central desde Alepo. Los fenicios tuvieron tratos comerciales con Europa antes de los tiempos romanos, así que seguramente este tipo de jabón habría llegado mucho antes a las ciudades costeras como Nápoles, Marsella, Cartagena o Cádiz. Lo cierto es que en la Baja Edad Media no se utilizó mucho el jabón, y debido a la falta de higiene se originaron grandes epidemias que diezmaron a la población, como la peste negra del siglo XIV.

Se sabe que la primera gran jabonería europea la construyeron los árabes a finales del siglo X en Al Andalus, en Sevilla. En el valle del Guadalquivir, donde había grandes olivares y marismas, se obtenían las materias primas necesarias para fabricar un jabón que cuatro siglos más tarde se conocería como jabón de Castilla. Aún así en Andalucía se siguió llamando por el nombre árabe, almona, a las fábricas de jabón.

El monopolio del jabón de Sevilla, ostentado por los marqueses de Tarifa en el siglo XVI, fue ampliado hasta América después de la conquista. En este mismo siglo ya se exportaba este sapo hispaniensis o sapo castilliensis al Reino Unido a través de Amberes. El jabón de Castilla, al provenir de aceites vegetales en vez de grasas animales, podía utilizarse en la higiene personal. Fue así que los europeos se volvieron más limpios y empezaron a desaparecer las grandes pandemias.

Las famosas fábricas de jabón de Marsella se establecieron en el siglo XIV. Este jabón tradicionalmente se fabricaba con aceite de oliva, agua del Mediterráneo y sosa cáustica proveniente de cenizas del laurel. Como el de jabón de Alepo, también se sigue fabricando hoy en día.

En 1575 se construyó una almona en la Ciudad de México. El jabón que se fabrica en ella es el que usaban los mexicanos, que se fabricaba a partir del tequesquite, un mineral rico en sosa y algunas plantas. En el siglo XVII se sabe de la existencia de una jabonería en Guayaquil que fabricaba jabón a partir de sebo de vacas y cenizas de yerba.

En este mismo siglo, en 1682, Luis XIV hizo guillotinar a tres fabricantes de jabón que le habían irritado la piel.

En 1791 el químico Nicolás Leblanc inventa un procedimiento para obtener carbonato de sodio a partir de la sal marina, lo que simplificaba y abarataba el proceso de obtención de la sosa. En 1823, Eugene Chevreul demuestra que las grasas están formadas por una combinación de glicerol y ácidos grasos (oleico, margárico y esteárico) y explica así químicamente la reacción de la saponificación descubierta por los sumerios.

 

En presencia de la sosa cáustica, los cuerpos grasos se dividen en sus componentes. El carbonato de sodio, al reaccionar con los ácidos grasos da lugar a los estearatos, marga ratos y oleatos, es decir, el jabón. Así de la grasa y de la sosa se obtienen jabón y glicerol.

En el siglo XIX, los aceites de copra (pulpa seca del coco) y aceites de palma que venían de las colonias, se empezaron a emplear en la fabricación de los jabones.

Desde los años 30 del siglo XX, el jabón tradicional tuvo que competir con los tensioactivos sintéticos que se utilizan hoy en los detergentes y champús, que además son altamente contaminantes.

Objetivo

Elaborar jabones a base de glicerina y frutas naturales para el cuidado de la piel.

Justificación

 

Decidí investigar sobre este tema para que la comunidad piense dos veces antes de usar un jabón común por varias razones, por ejemplo: son grasosos y eso nos provocará imperfecciones, asi que voy a elaborar jabones naturales, que al contrario ayudaran a nutrir y proteger la piel con las vitaminas de las frutas naturales.

Las frutas tienen muchas propiedades, como vitaminas A,B,C, y E, es por ello que es importante incluirlas en mis jabones.

 

Hipótesis

Si las personas conocen los jabones naturales a base de frutas y todos los beneficios que tienen, seguramente  los utilizarían para prevenir y proteger su piel de los daños secundarios.

 

 

 

Método (materiales y procedimiento)

INGREDIENTES:

  • Tabla para cortar
  • Cuchillo
  • Glicerina
  • Moldes
  • Curly
  • Alcohol
  • Tijeras
  • Microondas
  • Esencia
  • Colorante
  • Bolsas de celofán
  • Diurex
  • Plástico para envolver
  • Fruta
  • Conservador
  • Abate lenguas
  • Molde

Procedimiento

1-. Cortar la glicerina en  pequeños cuadros con el cuchillo y meter en el molde.

2-. Colocar en el microondas el molde y poner aproximadamente 25 segundos.

3-. Una vez derretida colocar el colorante y la esencia.

4-. Cortar una rodaja de fruta

5-. Rociar alcohol en el molde, esto sirve para que la glicerina no se pegue.

6-. Clocar la rodaja de la fruta y vaciar la glicerina.

7-.esperar a que seque y empezar a envolver en el plástico.

8-.pegar un pedazo de diurex en el punto del plástico y meter en la bolsa de celofán con el curli y listo!!

 

Galería Método

Resultados

En el proceso que hice pude observar como los gabazos se iban dispersando en la mezcla eso fue lo que ayudo a la piel de las personas los nutriente de la naranja en este caso fue la fruta que usé y con ella la vitamina C esa vitamina podemos decir que actúa  a proteger nuestra piel de las imperfecciones como granos o barros y con el jugo hidrata una parte de la piel y como dije antes la piel absorbe todo lo que le aplicamos  así que pude lograr que absorba los gabazos y la nutra

Galería Resultados

Discusión

Conclusiones

Di a ofrecer mis jabones con los nutrientes que utilice hice la prueba y la gente pudo darse cuenta que las frutas es un material nutritivo.

En una semana se iban notando los resultados  las imperfecciones  se iban desvaneciendo y con los jabones exfoliadores tienen en la parte de la base cirulos eso es para frotar sobre el rostro y dispersar los de más nutrientes



Elaboración de jabones a base de glicerina y frutas

Summary

Development of glycerin based soaps and fruits

Research Question

what are the benefits and properities does the fruit have and how to protect the skin?

Problem approach

One of the parts most ignorance of the body is the skin in fact we cause damage throug the use of commercial soaps. The beautiful soaps available in the market are harmful ingredients synthetics and chemical products which can provoque damage in the skin. One od the studies said » Our skin cvan absorve all the chemic and harmful at the large can provoque skin cancer».

Is for that to make soaps with fruit natural help to protect the skin and help us.

Background

Objective

To announce how to develop soaps made of glycerineof natural fruits for the care of the skin.

Justification

I decided to investigate about this topic so tha the community thinks twice before using a common soap for example is greasy and we will cause imperfections to us, so im going to develop natural soaps, that on the contrary will help nourish and protecdt the skin with vitamins of the fruits. The fruits have many properities such as vitamins A, B, C and E that is why it is important to include them in my soaps.

Hypothesis

If the people know the natural soap made of fruit, and all the benefits they have, then the people would be used to prevent and protect the skin from secondary damages.

Method (materials and procedure)

procedure

1 . Cut glycerin into small squares with knife and put in the mold.

2 . put in the oven  approximately 25 seconds.

3 . Once melted place the coloring and essence .

4 . Cut a slice of fruit

5- . Alcohol spray the mold , this serves to prevent sticking glycerin .

6 . put slice the fruit and glycerin empty .

7-. wait to dry and begin to wrap in plastic.

8 – .pegar a piece of tape at the point of the plastic and put in cellophane bag with curli and ready !!

Results

In the process I could see how the pulp was dispersed in the mixture that was what helped the skin of people with nutrient orange in this case was the fruit that I used and with it the vitamin C that vitamin can ie acting to protect our skin imperfections such as pimples or zits and one part juice moisturizes the skin and as I said before the skin absorbs everything we apply it so I could get to absorb the pulp and nurture

Discussion

Conclusions

 

 

My hypothesis was correct because when I made my soaps I can see in the mixture all the pulp of the orange are in all the mixture, in my case I use this fruit but there are another natural fruits that they have different vitamins