Cono de papel a base de lechuga y papa.


Categoría: Pandilla Juvenil (1ro. 2do. y 3ro. de nivel Secundaria)
Área de participación: Ciencias de los Materiales

Asesor: Marisa Calle Monroy

Autor: MA. FERNANDA GODINEZ GOMEZ ()

Grado:

Resumen

En la actualidad ha surgido un gran problema ambiental que es la deforestación el cual afecta a cientos de ecosistemas que en un futuro podrían desaparecer, y esto conllevaría más problemas debido a que son la principal fuente de oxígeno, y sin embargo la población sigue sin tomar las medidas preventivas necesarias para evitar que siga creciendo. Con base en este problema se buscó proporcionarles a las personas una nueva alternativa que fue nuestro cono de papel a base de lechuga y papa para así proponerle a la gente el uso de este cono y además la búsqueda de nuevas alternativas que en un futuro podrían darnos una vida sustentable. Al inicio de este proyecto  nos cuestionamos con que material podríamos sustituir las fibras del papel, por lo que se encontró que para la elaboración de este se requería un material con alto contenido en celulosa, la cual se encuentra en ciertas verduras como lo son la lechuga y la papa. La celulosa es esencial debido a que esta es la que hace que las fibras se entrelacen en una sola.En la fase experimental se observó que al realizar la hoja con la lechuga y la papa en su estado original, el resultado no era el esperado debido a que la hoja no era ni resistente ni flexible, así que se tuvo que usar el material cocido para la elaboración  del cono.

Pregunta de Investigación

¿Cómo elaborar un cono de papel con lechuga y papa?

Planteamiento del Problema

Actualmente en el mundo se ha incrementado la producción del papel llegando a niveles críticos lo que a largo plazo  genera un problema ambiental que es la deforestación.

Los árboles son la principal fuente de oxígeno en el planeta, y la producción masiva de papel genera la tala inmoderada de árboles a pesar de que se han propuesto alternativas para tratar de solucionar este problema, la población no las ha tomado en cuenta, o porque son poco accesibles o simplemente debido a que no se ha generado conciencia acerca de lo que podría pasar en un futuro si se acabara este recurso.

La búsqueda de alternativas accesibles como lo son nuestros conos de lechuga y papa podrían generar nuevas ideas entre la población acerca de como tratar de solucionar este problema.

Antecedentes

El proyecto de Copy Valls se inicia en 1990 ante la necesidad de ofrecer en el mercado conos de papel con una calidad superior a la que podía ofrecer la industria del momento, con una cantidad de pedido mínimo y plazos de entrega inferiores a los existentes.

Puesta en marcha del proyecto

En 1992 Manuel Ferrándiz, conocedor de la maquinaria industrial profesional de barquillos de galleta y papel, empieza a construir la maquinaria necesaria para enrollar conos de papel y aluminio, con unas ideas innovadoras y utilizando la última tecnología del momento. Así pues, creó máquinas capaces de enrollar tres veces más rápido y de mejor calidad que toda la competencia. La gran novedad fue disponer de máquinas capaces de fabricar múltiples tamaños de conos con tan solo pequeñas modificaciones. También creó un dosificador de conos de papel que fue presentado por primera vez a mediados de dicho año.

Primeros pasos

Los trámites para materializar el proyecto comenzaron a finales de 1992. Tras localizar las naves adecuadas, surgieron dos líneas de negocio: por un lado, una papelería-copistería-imprenta, situada en la localidad de Valls (Tarragona-España); por otro lado, la fábrica que haría los conos de papel y aluminio situada en Riudoms (Tarragona-España). A estas dos líneas que representaban la misma empresa se las llamó Copy Valls c.b. En el año 1993, se empezó a explorar el mercado de las pequeñas y medianas heladerías, que no tenían las mismas posibilidades que las grandes multinacionales; así se empezaron a vender conos de papel, a una sola tinta, con una cantidad mínima de 15.000 unidades frente a las 75.000 unidades mínimas de la competencia. La posibilidad de personalizar los conos con estas mínimas cantidades fue uno de los puntos fuertes del proyecto. Sin duda alguna, el producto fue acogido en el mercado con un éxito absoluto.

Tras el gran alcance obtenido en el primer año, los accionistas contrataron servicios comerciales de distribución para que el producto pudiese llegar a cualquier zona. Los dosificadores de conos creados y patentados por Manuel Ferrándiz también empezaron a dar su fruto: su presencia en el mercado iba in crescendo. En 1994, los accionistas tuvieron la idea de introducir otro producto innovador en el mercado español. Después de unos meses de duras negociaciones con multinacionales europeas, en diciembre de ese mismo año se les concedió la distribución única y exclusiva de una distinguida firma italiana para la distribución de tarrinas. En diciembre de 1995 la junta directiva de la empresa se reduce a dos accionistas frente a los tres de antes, hecho que aportó una nueva dinámica y la consolidación de una política de ventas mucho más eficaz. Con este acontecimiento,, se traspasó la copistería con sede en Valls para poder trabajar al 100 % en la fabricación de conos de papel. Copy Valls iba aterrizando en el mercado. A finales de ese año los balances demostraban que Copy Valls era la firma líder en producción de conos de papel artesanos personalizados.

Paso firme hacia el futuro

Antes de finalizar el año se reafirmó la posición dominante de fabricar conos de papel artesanos personalizados y se dejó al margen la distribución de vasos y tarrinas de papel, ya que había dejado de ser un producto único y exclusivo. En esa misma temporada se dotó a la empresa de un departamento de imprenta y de diseño, con maquinaria profesional propia y recursos humanos, para mejorar la calidad del producto. Finalmente en el 2002, se cambió el nombre fiscal de Copy Valls c.b. a Copy Valls Con Gelats S.L. y se renovó la junta accionista. En poco tiempo, Manuel Ferrándiz junto a su hijo, Raúl Ferrándiz, que pronto empezó a tomar las riendas de la dirección, impulsaron la empresa a escala internacional, cambiando una serie de procesos e incorporando novedades en el departamento de ventas. En 2013 se revoluciona la estética del cono de papel, apostando por un papel satinado de acabado brillante, frente al papel mate utilizado hasta el momento.

En la actualidad

A finales de 2014, Copy Valls traslada su sede a las nuevas instalaciones, ubicadas en Reus, pensando en la mayor satisfacción de sus clientes y la mejora de la conectividad con su público. Su misión es fortalecer la internacionalización, afianzar el liderazgo en Italia como paradigma de la industria heladera y ofrecer a la vez un producto de renovación constante y de máxima calidad.

La industria papelera es una de las principales destructoras de bosques primarios

Nuestro consumo de papel no deja de aumentar, lo que no ocurre con el uso de papel reciclado. La industria papelera, una de las mayores consumidoras de energía y agua, trata de imponer el uso de papel blanco de fibra virgen. Mientras tanto, el 40% de la madera talada para uso industrial se usa para fabricar papel.

El papel y su impacto ambiental GREENPEACE MÉXICO

El papel se ha convertido en el medio esencial para registrar y transmitir conocimientos e ideas entre individuos, culturas y generaciones. En teoría, el papel puede reunir todos los requisitos de un producto inocuo para el ambiente: es un producto natural, biodegradable, se fabrica a partir de fuentes renovables y puede ser reutilizado y reciclado. Sin embargo, la realidad es diferente: la industria papelera puede consumir hasta 4,000 millones de árboles al año, algunos de ellos procedentes de bosques primarios que no pueden sustituirse; para fabricar la pasta con que se produce el papel, la industria vierte a los ríos 950,000 toneladas métricas de órgano clorados, emite a la atmósfera 100,000 tm de bióxido de azufre y 20,000 tm de cloroformo. La tecnología moderna para producir pasta para papel y papel, genera uno de los efluentes más tóxicos que se conocen, consume mucha energía y grandes cantidades de agua fresca. Las prácticas modernas de tala forestal y las plantaciones desmesuradas de monocultivos de crecimiento rápido, al servicio de la industria papelera, por su parte, tienen un impacto desastroso sobre el ambiente. A pesar de que la práctica de reciclar papel se ha generalizado en la mayoría de los países occidentales, la producción y el consumo de papel nuevo han estado creciendo constantemente en los últimos años. La demanda de papel para impresoras y fotocopiadoras está aumentando. La publicidad y el correo directo han prosperado de la mano de economías fuertes, y los productos de papel desechables han desplazado en el mercado a muchos otros que son reutilizables. Al mismo tiempo, en los países más industrializados, los productos de papel constituyen el 40% de toda la basura que va a los tiraderos o es incinerada. Para satisfacer la demanda de productos de papel se están derribando millones de árboles al año. Sin embargo, este gran número de árboles es insuficiente para colmar la creciente hambre de papel. La industria multinacional del papel ha experimentado una expansión sin precedentes. Se construyen más fábricas en nuevas zonas de desarrollo como América Latina o en países más industrializados como Australia, Canadá o España. Su objetivo es aprovechar las últimas zonas vírgenes y transformar los bosques autóctonos en inmensas plantaciones de pino y eucalipto. Historia El papel y los productos relacionados con él, como el cartón, se elaboran a partir de fibras de celulosa de las plantas. La palabra papel se deriva de la palabra egipcia papiro, una especie de junco o caña que se utilizaba para hacer papel. El tallo resistente se partía, se extendía en capas entrecruzadas que se mojaban y se golpeaban para formar láminas duras, que se pegaban posteriormente en grandes tiras que eran convenientemente enrolladas en pergaminos. Pergaminos de papiro y de vitela, hechos con piel de animales, eran prácticamente los únicos materiales para escribir en Europa hasta el siglo XII, cuando los árabes introdujeron en España el método chino para hacer papel, utilizando materiales de otras plantas como bambú, paja, lino y yute. Con la invención de la imprenta y el incremento de la alfabetización en los siglos siguientes, la demanda de papel creció vertiginosamente. Hace 600 años se construyó la primera fábrica de papel en Nuremberg, Alemania. Este fue el comienzo de una industria considerada vital en el mundo moderno. En el siglo xix, la aparición de procesos de elaboración de papel a partir de la madera, no sólo resolvió el problema de la oferta y la demanda, sino que creó nuevos mercados para los productos relacionados con la madera. Las estadísticas de consumo de papel per capita se citan a menudo como un indicador serio del nivel de vida de un país. Por desgracia, también se podría considerar como un indicador de la contribución de un país a la contaminación de las aguas, la atmósfera y el suelo, a la tala de los bosques mundiales y a la explotación de los recursos de los países del tercer mundo. El papel de los bosques Una de las razones de la drástica reducción de los bosques mundiales, con la consiguiente disminución de la biodiversidad, hay que buscarla en el incremento de la demanda de fibras de celulosa para satisfacer las necesidades de la industria papelera. El consumo mundial de papel excede las 268 millones de toneladas al año. El rápido y sostenido crecimiento de la demanda de productos de papel ha ido de la mano de una mayor escasez en la provisión de madera, provocando la desaparición de bosques nativos con los consecuentes impactos sobre los ecosistemas que forman parte de ellos. Para fabricar una tonelada de papel se cortan alrededor de 14 árboles. Estados Unidos, Japón y China, los tres principales productores de papel en el mundo, utilizan anualmente 600 millones de árboles para sus fábricas. El uso generalizado de la madera provocó la expansión de las plantaciones forestales de especies de crecimiento rápido. De esta forma, extensas zonas de bosques originales han desaparecido del globo, para dar paso a un monótono manto verde constituido por plantaciones de pino y eucalipto. El vínculo entre las especies de crecimiento rápido y la industria papelera es evidente desde principios de siglo, cuando comenzaron las primeras repoblaciones con este tipo de especies. El objetivo era suministrar materia prima a las industrias papeleras. Los empresarios del sector veían en las plantaciones alrededor de las fábricas o geográficamente cercanas, la posibilidad de obtener madera barata y rápida. La concepción economicista del bosque se impuso a la idea de una explotación racional y sostenida de los recursos forestales. Las consecuencias ambientales de la sustitución forestal son tema exclusivo para un próximo artículo. Producción de pasta Para fabricar el papel es necesario separar las fibras de celulosa –que están fuertemente unidas por lignina, una sustancia adhesiva que proporciona al árbol un soporte estructural– y producir la pasta o pulpa. La madera se compone generalmente de un 50% de celulosa, 30% de lignina y un 20% de sustancias extractables, como aceites aromáticos y un grupo de carbohidratos conocidos como hemicelulosa. La elaboración de la pasta se consigue mediante métodos químicos o mecánicos. En los métodos químicos la madera se cuece en una solución de hidróxido de sodio, sustancia que se regenera usando sulfuro de sodio, carbonato de sodio o sosa cáustica. Hoy en día se utilizan dos procesos químicos principalmente: el proceso al sulfato o kraft, y el proceso al sulfito. Ambos requieren el uso de compuestos con base en azufre. La utilización de estos productos genera emisiones de bióxido de azufre. lo que le da a las fábricas papeleras el clásico olor a “huevos podridos”. El bióxido de azufre es uno de los principales responsables de la lluvia ácida y se liberan alrededor de cinco kilos por tonelada de pasta producida. Además, las aguas residuales –licor negro– resultantes de la cocción de la madera son muy contaminantes y a menudo son tratadas, depuradas y recicladas, para recuperar el sulfuro de sodio y la sosa cáustica. En los efluentes líquidos se liberan restos de celulosa que se depositan en los fondos acuáticos, y que son responsables de la alta demanda biológica de oxígeno, por parte de los microorganismos que degradan las fibras, sofocando todo vestigio de vida alrededor de los caños de descarga. Las sales de aluminio empleadas para purificar el agua procesada son altamente tóxicas para ciertos peces. También puede haber contaminación adicional del aire si los residuos de la fabricación de la pasta son incinerados. En los métodos mecánicos, las fibras celulósicas son trituradas. Este es el método original de convertir la madera en pasta para papel. Las fibras se separan frotando los troncos descortezados contra una piedra o discos de metal giratorios, para producir pasta molida. El proceso mecánico es más eficiente que el método químico en cuanto a la cantidad de pasta producida por unidad de madera empleada. La calidad de la pasta mecánica es, sin embargo, más baja que la de la pasta química. La trituración rompe las fibras de celulosa y gran parte de la lignina permanece. Como consecuencia, el papel hecho de pasta mecánica tiene un entramado de fibras más débil y fácil de romper. Por ello se utiliza principalmente para imprimir periódicos, guías telefónicas yotros productos que demandan menos resistencia y calidad. El alto contenido de lignina en estos productos hace que su color se oscurezca cuando son expuestos a la luz solar. En cuanto a sus impactos ambientales, destaca el hecho de que las plantas presentan un elevado consumo de energía eléctrica. Además, las fábricas vierten resinas ácidas altamente tóxicas. Estas sustancias, a pesar de que existen también en la naturaleza, son difíciles de degradar y las fábricas de pasta mecánica requieren tratamientos biológicos sofisticados. Por contraparte, no emiten compuestos de sulfuro, evitando así los malos olores y los efectos de la lluvia ácida. Blanqueamiento de la pasta Con el objetivo de producir celulosa blanca pura, la pasta química es blanqueada con removedores de lignina. La pasta mecánica, que por definición contiene grandes cantidades de lignina, se aclara usualmente con peróxido de hidrógeno que cambia la estructura de la lignina y altera su color, pero no la elimina. En las tecnologías convencionales de blanqueo de la pasta química, la lignina se degrada y remueve con la ayuda de gas cloro (Cl2). La pasta se blanquea luego en varias etapas que emplean bióxido de cloro (ClO2) e hipoclorito de sodio (NaOCI). La industria del papel emplea anualmente alrededor de tres millones de toneladas de cloro para blanquear la pasta. Como este gas es extremadamente reactivo, se combina con la materia orgánica de la pasta y produce miles de nuevos compuestos conocidos como organoclorados. El empleo de cloro como agente blanqueador ha creado problemas de contaminación y de salud para trabajadores y consumidores. Del total de compuestos organoclorados for- mados durante el proceso de blanqueo y presentes en los efluentes de una fábrica de pasta, se han identificado 300 –incluyendo dioxinas, furanos, clorofenoles y bencenos dorados–, apenas un 10% del total, por lo que la mayoría sigue siendo un misterio. Muchos organoclorados resisten la degradación natural y se acumulan a través del tiempo en el ambiente. Se han encontrado compuestos organoclorados provenientes de las plantas de pasta y papel en los sedimentos, en las aguas, en los organismos vivos, en el aire, y en los mismos productos de papel. Se han encontrado dioxinas en papel de cigarrillos, tampones, pañales, filtros de café y cartones de leche blancos. Mundialmente, las industrias papeleras son las principales fuentes de compuestos organoclorados a los cuerpos de agua. Estos compuestos afectan la vida acuática y se almacenan en los tejidos grasos de los organismos, bioacumulándose a lo largo de la cadena alimenticia. En los seres humanos provocan trastornos de los sistemas inmunológico, nervioso y reproductor. Entre los organoclorados identificados hasta ahora en los afluentes existen también numerosos compuestos cancerígenos y mutagénicos. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, por ejemplo, ha calculado que para la gente que consume pescado contaminado que se captura río abajo de la descarga de una fábrica papelera que blanquea con cloro, el riesgo de contraer cáncer es de 1 en 50 personas. También existen estudios que han encontrado un aumento del riesgo de contraer cáncer entre los trabajadores de las papeleras. Antes de verter los efluentes, algunas fábricas emplean tratamientos biológicos. Estos son efectivos para tratar la materia orgánica, como los restos de la madera, que se puede degradar fácilmente. De hecho, todas las fábricas deben aplicar este tipo de tratamientos, pero ellos no son eficaces para la destrucción de los organoclorados (por lo general, permanece hasta el 70%). El papel de México En México la industria de la celulosa y el papel es un sector que representó en 1996 el 0.4% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional; 1.4% del PIB industrial y 1.9% del PIB manufacturero. Se reportaron 67 plantas distribuidas en 18 estados de la república, que dieron empleo a 25,000 personas. En el mismo año, la producción de celulosa ascendió a 511,307 toneladas, mientras que la de papel fue de 3 millones 219, 259 toneladas. Los porcentajes por tipo de papel fueron: papel periódico y para libros de texto, 8.38%; papel blanco para escritura e impresión, 16.73%; empaques, 58.73%; sanitario y facial, 15.33%; y especiales, 0.83%. El consumo de papel en México es, según el Instituto Nacional de Recicladores (Inare), de 100 kilogramos por habitante al año, cifra baja si se compara con el principal índice de consumo, el de Estados Unidos, que es de 303 kg per cápita. En el extremo se encuentran naciones como India y China donde esa cifra se reduce a 3 kilogramos por persona.

LA LECHUGA

La lechuga es un vegetal, hortaliza, de sabor suave que contiene una amplia gama de vitaminas, minerales y nutrientes, tales como el calcio, magnesio, potasio, vitamina A, vitamina C y vitaminas B, por lo que las propiedades de la lechuga facilitan múltiples procesos biológicos en el organismo contribuyendo a la buena salud.

LA PAPA

El almidón y la celulosa son dos polímeros muy similares, ambos están constituidas por el mismo monómero, la glucosa. Lo único que los diferencia es su estructura.

En el almidón, todas las unidades de glucosa repetidas están orientadas en la misma dirección. Pero en la celulosa, cada unidad sucesiva de glucosa esta rotada 180° alrededor del eje de la columna vertebral del polímero, en relación a la última unidad repetida.

En nuestro cuerpo existen enzimas especiales que rompen el almidón en unidades de glucosa, así que nuestro cuerpo puede quemarla para producir energía.

Si estás siguiendo una dieta sana, consigues así la mayor parte de tu energía a partir del almidón. Pero el cuerpo humano no tiene enzimas para destruir la celulosa y así poder obtener la glucosa.

Algunos animales como las termitas, que comen madera, sí son capaces de romper la celulosa.

El almidón es soluble en agua caliente y con él pueden hacerse útiles objetos. La celulosa, por otra parte, es altamente cristalina y prácticamente no se disuelve en nada.

Objetivo

Elaborar un cono de papel a base de lechuga y papa.

Justificación

El papel tiene muchos usos, uno de ellos son los conos. Actualmente la demanda del papel es muy grande lo que conlleva a un problema ambiental que es la deforestación, que aunque para este problema existen alternativas favorables gran parte de estas no son conocidas por las personas.

Debido a esto se busca proponer una opción viable para el cuidado del ambiente aprovechando los residuos orgánicos como la lechuga y la papa ya que estos tiene un alto concentrado en celulosa.

Es por ello que se quiere elaborar un cono con estas dos verduras aprovechando sus beneficios, como es en la lechuga que generalmente su primera capa se desperdicia y en la papa la mayoría de las veces su cáscara termina en la basura. Al utilizar, estos dos materiales, se aprovechará su celulosa para elaborar el cono.

Hipótesis

Si logramos elaborar un cono de papel a base de lechuga y papa, entonces daríamos una alternativa para concientizar a las personas de como utilizar los residuos orgánicos para sustituir el papel.

Método (materiales y procedimiento)

Lista de materiales

  • 250 gramos de cáscara de papa cocida
  • 250 gramos de hoja de lechuga cocida
  • 1 pedazo de tela de 1 metro x 30 cm
  • 1 licuadora
  • 1 charola
  • 1 pala
  • 100 mililitros de agua
  • 1 vaso de precipitados con capacidad de 250 mililitros

Procedimiento

  1. Cortar en trozos pequeños la cáscara de papa y la hoja de lechuga
  2. Vertir el agua en la licuadora y agregar los trozos de lechuga y papa
  3. Licuar la mezcla
  4. Colocar la tela sobre la charola
  5. Esparcir la mezcla sobre la tela utilizando la pala
  6. Dejar secar al sol durante 24 horas
  7. Retirar la hoja de la tela
  8. Cortar en forma triangular varios pedazos de la hoja
  9. Armar el cono a partir de los trozos triangulares
  10. Utilizar la mezcla restante para pegar los extremos del cono

Galería Método

Resultados

Obtuvimos una hoja de 30x30cm la cual tuvo un color verde oscuro y una textura rugosa, de la cual se obtuvieron 16 cuadros de 7.5×7.5cm con los que se elaboraron los conos

Galería Resultados

Discusión

Con este proyecto se buscó incitar a las personas a tomar conciencia acerca del gran problema ambiental que representa hoy en día la deforestación, proponiendoles una alternativa que fue nuestro cono a base de lechuga y papa.

En las fuentes de infor

mación consultadas se observó que ciertas verduras en específico tienen un gran concentrado de celulosa tal como son la lechuga y la papa, la cual nos sirvió para compactar y unir la mezcla en una hoja con la cual se hicieron los conos.

Sin embargo tras la experimentación se pudo observar que no en todas las condiciones de nuestros materiales se obtuvo un buen resultado, si no que tenían que estar cocidos para obtener la flexibilidad de la hoja.

Conclusiones

Nuestro cono de papel a base de lechuga y papa es una alternativa diferente y accesible para las familias, ya que con este proyecto se les propone a la población el general conciencia acerca del gran problema que representa hoy en día, la deforestación, para que así se puedan desarrollar nuevas ideas entre las personas para reducir la tala inmoderada de árboles

Bibliografía

GREENPEACE MÉXICO. (2004). El papel y su impacto ambiental. 29/11/16, de Greenpeace México: Sitioweb:http://archivo.estepais.com/inicio/historicos/94/14_Medio%20ambiente_El%20papel_greenpeace.pdf



Cono de papel a base de lechuga y papa.

Summary

Nowadays a big environmental problem has appeared that is the deforestation which affects hundreds of ecosystems that in the future could disappear, and this would cause more problems because they are the main source of oxygen, and the population continues without taking the necessary preventive measures to prevent it from growing. Based on this problem we sought to provide people with a new alternative that was our paper cone based on lettuce and potato to propose to people the use of this cone and also the search for new alternatives that could give us in the future a sustainable life. At the beginning of this project we questioned with which material we could substitute the fibers of the paper, reason why was found that for the elaboration of this one required a material with high content in cellulose, which is in certain vegetables like lettuce and the potato. Cellulose is essential because this is what makes the fibers intertwine in a single. In the experimental phase it was observed that when the leaf was made with lettuce and potato in its original state, the result was not expected because the leaf was neither resistant nor flexible, so the cooked material had to be used for the elaboration of the cone.

Research Question

How to elaborate a paper cone based of lettuce and potato ?

Problem approach

Nowadays, in the world, the production of paper has increased, reaching critical levels, which in the long term generates an environmental problem that is deforestation.Trees are the main source of oxygen on the planet, and huge production of paper generates immoderate cut down trees, and although alternatives have been proposed trying to solve this problem, the population have not 

taken them into account, or just because they are inaccessible or simply because there has been no awareness about what could happen in the future if this resource were over.The search for accessible alternatives such as our lettuce and potato cones could generate new ideas among the population about how to try to solve this problem.

Background

El proyecto de Copy Valls se inicia en 1990 ante la necesidad de ofrecer en el mercado conos de papel con una calidad superior a la que podía ofrecer la industria del momento, con una cantidad de pedido mínimo y plazos de entrega inferiores a los existentes.

Puesta en marcha del proyecto

En 1992 Manuel Ferrándiz, conocedor de la maquinaria industrial profesional de barquillos de galleta y papel, empieza a construir la maquinaria necesaria para enrollar conos de papel y aluminio, con unas ideas innovadoras y utilizando la última tecnología del momento. Así pues, creó máquinas capaces de enrollar tres veces más rápido y de mejor calidad que toda la competencia. La gran novedad fue disponer de máquinas capaces de fabricar múltiples tamaños de conos con tan solo pequeñas modificaciones. También creó un dosificador de conos de papel que fue presentado por primera vez a mediados de dicho año.

Primeros pasos

Los trámites para materializar el proyecto comenzaron a finales de 1992. Tras localizar las naves adecuadas, surgieron dos líneas de negocio: por un lado, una papelería-copistería-imprenta, situada en la localidad de Valls (Tarragona-España); por otro lado, la fábrica que haría los conos de papel y aluminio situada en Riudoms (Tarragona-España). A estas dos líneas que representaban la misma empresa se las llamó Copy Valls c.b. En el año 1993, se empezó a explorar el mercado de las pequeñas y medianas heladerías, que no tenían las mismas posibilidades que las grandes multinacionales; así se empezaron a vender conos de papel, a una sola tinta, con una cantidad mínima de 15.000 unidades frente a las 75.000 unidades mínimas de la competencia. La posibilidad de personalizar los conos con estas mínimas cantidades fue uno de los puntos fuertes del proyecto. Sin duda alguna, el producto fue acogido en el mercado con un éxito absoluto.

Tras el gran alcance obtenido en el primer año, los accionistas contrataron servicios comerciales de distribución para que el producto pudiese llegar a cualquier zona. Los dosificadores de conos creados y patentados por Manuel Ferrándiz también empezaron a dar su fruto: su presencia en el mercado iba in crescendo. En 1994, los accionistas tuvieron la idea de introducir otro producto innovador en el mercado español. Después de unos meses de duras negociaciones con multinacionales europeas, en diciembre de ese mismo año se les concedió la distribución única y exclusiva de una distinguida firma italiana para la distribución de tarrinas. En diciembre de 1995 la junta directiva de la empresa se reduce a dos accionistas frente a los tres de antes, hecho que aportó una nueva dinámica y la consolidación de una política de ventas mucho más eficaz. Con este acontecimiento,, se traspasó la copistería con sede en Valls para poder trabajar al 100 % en la fabricación de conos de papel. Copy Valls iba aterrizando en el mercado. A finales de ese año los balances demostraban que Copy Valls era la firma líder en producción de conos de papel artesanos personalizados.

Paso firme hacia el futuro

Antes de finalizar el año se reafirmó la posición dominante de fabricar conos de papel artesanos personalizados y se dejó al margen la distribución de vasos y tarrinas de papel, ya que había dejado de ser un producto único y exclusivo. En esa misma temporada se dotó a la empresa de un departamento de imprenta y de diseño, con maquinaria profesional propia y recursos humanos, para mejorar la calidad del producto. Finalmente en el 2002, se cambió el nombre fiscal de Copy Valls c.b. a Copy Valls Con Gelats S.L. y se renovó la junta accionista. En poco tiempo, Manuel Ferrándiz junto a su hijo, Raúl Ferrándiz, que pronto empezó a tomar las riendas de la dirección, impulsaron la empresa a escala internacional, cambiando una serie de procesos e incorporando novedades en el departamento de ventas. En 2013 se revoluciona la estética del cono de papel, apostando por un papel satinado de acabado brillante, frente al papel mate utilizado hasta el momento.

En la actualidad

A finales de 2014, Copy Valls traslada su sede a las nuevas instalaciones, ubicadas en Reus, pensando en la mayor satisfacción de sus clientes y la mejora de la conectividad con su público. Su misión es fortalecer la internacionalización, afianzar el liderazgo en Italia como paradigma de la industria heladera y ofrecer a la vez un producto de renovación constante y de máxima calidad.

La industria papelera es una de las principales destructoras de bosques primarios

Nuestro consumo de papel no deja de aumentar, lo que no ocurre con el uso de papel reciclado. La industria papelera, una de las mayores consumidoras de energía y agua, trata de imponer el uso de papel blanco de fibra virgen. Mientras tanto, el 40% de la madera talada para uso industrial se usa para fabricar papel.

El papel y su impacto ambiental GREENPEACE MÉXICO

El papel se ha convertido en el medio esencial para registrar y transmitir conocimientos e ideas entre individuos, culturas y generaciones. En teoría, el papel puede reunir todos los requisitos de un producto inocuo para el ambiente: es un producto natural, biodegradable, se fabrica a partir de fuentes renovables y puede ser reutilizado y reciclado. Sin embargo, la realidad es diferente: la industria papelera puede consumir hasta 4,000 millones de árboles al año, algunos de ellos procedentes de bosques primarios que no pueden sustituirse; para fabricar la pasta con que se produce el papel, la industria vierte a los ríos 950,000 toneladas métricas de órgano clorados, emite a la atmósfera 100,000 tm de bióxido de azufre y 20,000 tm de cloroformo. La tecnología moderna para producir pasta para papel y papel, genera uno de los efluentes más tóxicos que se conocen, consume mucha energía y grandes cantidades de agua fresca. Las prácticas modernas de tala forestal y las plantaciones desmesuradas de monocultivos de crecimiento rápido, al servicio de la industria papelera, por su parte, tienen un impacto desastroso sobre el ambiente. A pesar de que la práctica de reciclar papel se ha generalizado en la mayoría de los países occidentales, la producción y el consumo de papel nuevo han estado creciendo constantemente en los últimos años. La demanda de papel para impresoras y fotocopiadoras está aumentando. La publicidad y el correo directo han prosperado de la mano de economías fuertes, y los productos de papel desechables han desplazado en el mercado a muchos otros que son reutilizables. Al mismo tiempo, en los países más industrializados, los productos de papel constituyen el 40% de toda la basura que va a los tiraderos o es incinerada. Para satisfacer la demanda de productos de papel se están derribando millones de árboles al año. Sin embargo, este gran número de árboles es insuficiente para colmar la creciente hambre de papel. La industria multinacional del papel ha experimentado una expansión sin precedentes. Se construyen más fábricas en nuevas zonas de desarrollo como América Latina o en países más industrializados como Australia, Canadá o España. Su objetivo es aprovechar las últimas zonas vírgenes y transformar los bosques autóctonos en inmensas plantaciones de pino y eucalipto. Historia El papel y los productos relacionados con él, como el cartón, se elaboran a partir de fibras de celulosa de las plantas. La palabra papel se deriva de la palabra egipcia papiro, una especie de junco o caña que se utilizaba para hacer papel. El tallo resistente se partía, se extendía en capas entrecruzadas que se mojaban y se golpeaban para formar láminas duras, que se pegaban posteriormente en grandes tiras que eran convenientemente enrolladas en pergaminos. Pergaminos de papiro y de vitela, hechos con piel de animales, eran prácticamente los únicos materiales para escribir en Europa hasta el siglo XII, cuando los árabes introdujeron en España el método chino para hacer papel, utilizando materiales de otras plantas como bambú, paja, lino y yute. Con la invención de la imprenta y el incremento de la alfabetización en los siglos siguientes, la demanda de papel creció vertiginosamente. Hace 600 años se construyó la primera fábrica de papel en Nuremberg, Alemania. Este fue el comienzo de una industria considerada vital en el mundo moderno. En el siglo xix, la aparición de procesos de elaboración de papel a partir de la madera, no sólo resolvió el problema de la oferta y la demanda, sino que creó nuevos mercados para los productos relacionados con la madera. Las estadísticas de consumo de papel per capita se citan a menudo como un indicador serio del nivel de vida de un país. Por desgracia, también se podría considerar como un indicador de la contribución de un país a la contaminación de las aguas, la atmósfera y el suelo, a la tala de los bosques mundiales y a la explotación de los recursos de los países del tercer mundo. El papel de los bosques Una de las razones de la drástica reducción de los bosques mundiales, con la consiguiente disminución de la biodiversidad, hay que buscarla en el incremento de la demanda de fibras de celulosa para satisfacer las necesidades de la industria papelera. El consumo mundial de papel excede las 268 millones de toneladas al año. El rápido y sostenido crecimiento de la demanda de productos de papel ha ido de la mano de una mayor escasez en la provisión de madera, provocando la desaparición de bosques nativos con los consecuentes impactos sobre los ecosistemas que forman parte de ellos. Para fabricar una tonelada de papel se cortan alrededor de 14 árboles. Estados Unidos, Japón y China, los tres principales productores de papel en el mundo, utilizan anualmente 600 millones de árboles para sus fábricas. El uso generalizado de la madera provocó la expansión de las plantaciones forestales de especies de crecimiento rápido. De esta forma, extensas zonas de bosques originales han desaparecido del globo, para dar paso a un monótono manto verde constituido por plantaciones de pino y eucalipto. El vínculo entre las especies de crecimiento rápido y la industria papelera es evidente desde principios de siglo, cuando comenzaron las primeras repoblaciones con este tipo de especies. El objetivo era suministrar materia prima a las industrias papeleras. Los empresarios del sector veían en las plantaciones alrededor de las fábricas o geográficamente cercanas, la posibilidad de obtener madera barata y rápida. La concepción economicista del bosque se impuso a la idea de una explotación racional y sostenida de los recursos forestales. Las consecuencias ambientales de la sustitución forestal son tema exclusivo para un próximo artículo. Producción de pasta Para fabricar el papel es necesario separar las fibras de celulosa –que están fuertemente unidas por lignina, una sustancia adhesiva que proporciona al árbol un soporte estructural– y producir la pasta o pulpa. La madera se compone generalmente de un 50% de celulosa, 30% de lignina y un 20% de sustancias extractables, como aceites aromáticos y un grupo de carbohidratos conocidos como hemicelulosa. La elaboración de la pasta se consigue mediante métodos químicos o mecánicos. En los métodos químicos la madera se cuece en una solución de hidróxido de sodio, sustancia que se regenera usando sulfuro de sodio, carbonato de sodio o sosa cáustica. Hoy en día se utilizan dos procesos químicos principalmente: el proceso al sulfato o kraft, y el proceso al sulfito. Ambos requieren el uso de compuestos con base en azufre. La utilización de estos productos genera emisiones de bióxido de azufre. lo que le da a las fábricas papeleras el clásico olor a “huevos podridos”. El bióxido de azufre es uno de los principales responsables de la lluvia ácida y se liberan alrededor de cinco kilos por tonelada de pasta producida. Además, las aguas residuales –licor negro– resultantes de la cocción de la madera son muy contaminantes y a menudo son tratadas, depuradas y recicladas, para recuperar el sulfuro de sodio y la sosa cáustica. En los efluentes líquidos se liberan restos de celulosa que se depositan en los fondos acuáticos, y que son responsables de la alta demanda biológica de oxígeno, por parte de los microorganismos que degradan las fibras, sofocando todo vestigio de vida alrededor de los caños de descarga. Las sales de aluminio empleadas para purificar el agua procesada son altamente tóxicas para ciertos peces. También puede haber contaminación adicional del aire si los residuos de la fabricación de la pasta son incinerados. En los métodos mecánicos, las fibras celulósicas son trituradas. Este es el método original de convertir la madera en pasta para papel. Las fibras se separan frotando los troncos descortezados contra una piedra o discos de metal giratorios, para producir pasta molida. El proceso mecánico es más eficiente que el método químico en cuanto a la cantidad de pasta producida por unidad de madera empleada. La calidad de la pasta mecánica es, sin embargo, más baja que la de la pasta química. La trituración rompe las fibras de celulosa y gran parte de la lignina permanece. Como consecuencia, el papel hecho de pasta mecánica tiene un entramado de fibras más débil y fácil de romper. Por ello se utiliza principalmente para imprimir periódicos, guías telefónicas yotros productos que demandan menos resistencia y calidad. El alto contenido de lignina en estos productos hace que su color se oscurezca cuando son expuestos a la luz solar. En cuanto a sus impactos ambientales, destaca el hecho de que las plantas presentan un elevado consumo de energía eléctrica. Además, las fábricas vierten resinas ácidas altamente tóxicas. Estas sustancias, a pesar de que existen también en la naturaleza, son difíciles de degradar y las fábricas de pasta mecánica requieren tratamientos biológicos sofisticados. Por contraparte, no emiten compuestos de sulfuro, evitando así los malos olores y los efectos de la lluvia ácida. Blanqueamiento de la pasta Con el objetivo de producir celulosa blanca pura, la pasta química es blanqueada con removedores de lignina. La pasta mecánica, que por definición contiene grandes cantidades de lignina, se aclara usualmente con peróxido de hidrógeno que cambia la estructura de la lignina y altera su color, pero no la elimina. En las tecnologías convencionales de blanqueo de la pasta química, la lignina se degrada y remueve con la ayuda de gas cloro (Cl2). La pasta se blanquea luego en varias etapas que emplean bióxido de cloro (ClO2) e hipoclorito de sodio (NaOCI). La industria del papel emplea anualmente alrededor de tres millones de toneladas de cloro para blanquear la pasta. Como este gas es extremadamente reactivo, se combina con la materia orgánica de la pasta y produce miles de nuevos compuestos conocidos como organoclorados. El empleo de cloro como agente blanqueador ha creado problemas de contaminación y de salud para trabajadores y consumidores. Del total de compuestos organoclorados for- mados durante el proceso de blanqueo y presentes en los efluentes de una fábrica de pasta, se han identificado 300 –incluyendo dioxinas, furanos, clorofenoles y bencenos dorados–, apenas un 10% del total, por lo que la mayoría sigue siendo un misterio. Muchos organoclorados resisten la degradación natural y se acumulan a través del tiempo en el ambiente. Se han encontrado compuestos organoclorados provenientes de las plantas de pasta y papel en los sedimentos, en las aguas, en los organismos vivos, en el aire, y en los mismos productos de papel. Se han encontrado dioxinas en papel de cigarrillos, tampones, pañales, filtros de café y cartones de leche blancos. Mundialmente, las industrias papeleras son las principales fuentes de compuestos organoclorados a los cuerpos de agua. Estos compuestos afectan la vida acuática y se almacenan en los tejidos grasos de los organismos, bioacumulándose a lo largo de la cadena alimenticia. En los seres humanos provocan trastornos de los sistemas inmunológico, nervioso y reproductor. Entre los organoclorados identificados hasta ahora en los afluentes existen también numerosos compuestos cancerígenos y mutagénicos. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, por ejemplo, ha calculado que para la gente que consume pescado contaminado que se captura río abajo de la descarga de una fábrica papelera que blanquea con cloro, el riesgo de contraer cáncer es de 1 en 50 personas. También existen estudios que han encontrado un aumento del riesgo de contraer cáncer entre los trabajadores de las papeleras. Antes de verter los efluentes, algunas fábricas emplean tratamientos biológicos. Estos son efectivos para tratar la materia orgánica, como los restos de la madera, que se puede degradar fácilmente. De hecho, todas las fábricas deben aplicar este tipo de tratamientos, pero ellos no son eficaces para la destrucción de los organoclorados (por lo general, permanece hasta el 70%). El papel de México En México la industria de la celulosa y el papel es un sector que representó en 1996 el 0.4% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional; 1.4% del PIB industrial y 1.9% del PIB manufacturero. Se reportaron 67 plantas distribuidas en 18 estados de la república, que dieron empleo a 25,000 personas. En el mismo año, la producción de celulosa ascendió a 511,307 toneladas, mientras que la de papel fue de 3 millones 219, 259 toneladas. Los porcentajes por tipo de papel fueron: papel periódico y para libros de texto, 8.38%; papel blanco para escritura e impresión, 16.73%; empaques, 58.73%; sanitario y facial, 15.33%; y especiales, 0.83%. El consumo de papel en México es, según el Instituto Nacional de Recicladores (Inare), de 100 kilogramos por habitante al año, cifra baja si se compara con el principal índice de consumo, el de Estados Unidos, que es de 303 kg per cápita. En el extremo se encuentran naciones como India y China donde esa cifra se reduce a 3 kilogramos por persona.

LA LECHUGA

La lechuga es un vegetal, hortaliza, de sabor suave que contiene una amplia gama de vitaminas, minerales y nutrientes, tales como el calcio, magnesio, potasio, vitamina A, vitamina C y vitaminas B, por lo que las propiedades de la lechuga facilitan múltiples procesos biológicos en el organismo contribuyendo a la buena salud.

LA PAPA

El almidón y la celulosa son dos polímeros muy similares, ambos están constituidas por el mismo monómero, la glucosa. Lo único que los diferencia es su estructura.

En el almidón, todas las unidades de glucosa repetidas están orientadas en la misma dirección. Pero en la celulosa, cada unidad sucesiva de glucosa esta rotada 180° alrededor del eje de la columna vertebral del polímero, en relación a la última unidad repetida.

En nuestro cuerpo existen enzimas especiales que rompen el almidón en unidades de glucosa, así que nuestro cuerpo puede quemarla para producir energía.

Si estás siguiendo una dieta sana, consigues así la mayor parte de tu energía a partir del almidón. Pero el cuerpo humano no tiene enzimas para destruir la celulosa y así poder obtener la glucosa.

Algunos animales como las termitas, que comen madera, sí son capaces de romper la celulosa.

El almidón es soluble en agua caliente y con él pueden hacerse útiles objetos. La celulosa, por otra parte, es altamente cristalina y prácticamente no se disuelve en nada.

Objective

To elaborate a paper cone based of lettuce and potato

Justification

The paper has a lot of uses one of them are the cones. Actually the paper demand is very large which leads to an environmental problem that is deforestation that although for this problem there are favorable alternatives a large part of these are not known by people.

Due to this we think to propose a viable option for the environment care taking advantage of the organic residues as the lettuce and the potato because these have  high concentrate in cellulose.

That is the reason  we want to make a cone with these two vegetables taking advantage of their benefits, as it is in lettuce that usually its first layer is wasted and in the potato most of the time its shell is thrown away in the garbage. When using these two materials, their cellulose will be used to make the cone.

 

Hypothesis

If we can  elaborate a paper cone based of lettuce and potato  then we would give an alternative to raise awareness to the people on how to  use organic waste to replace the paper.

Method (materials and procedure)

Material’s list

  • 250 grams of cooked poached peel
  • 250 grams of cooked lettuce leaf
  • 1 piece of fabric 1 meter x 30 cm
  • 1 blender
  • 1 tray
  • 1 shovel
  • 100 milliliters of water
  • 1 beaker with a capacity of 250 milliliters

Process

  1. Cut into small pieces the potato peel and lettuce leaf
  2. Pour the water into the blender and add the pieces of lettuce and potatoes
  3. Blend the mixture
  4. Place the cloth on the tray
  5. Spread the mixture on the fabric using the spade
  6. Allow to dry in the sun for 24 hours
  7. Remove the sheet from the fabric
  8. Cut into triangular shape several pieces of the sheet
  9. Arming the cone from the triangular pieces
  10. Use the remaining mixture to stick the ends of the cone

Results

Discussion

Conclusions

Our paper cone based on lettuce and potato is a different alternative and accessible for families, since with this project the population is offered the general awareness about the great problem that represents today, deforestation, so that New ideas can be developed among people to reduce immoderate trees chopping.

Bibliography

GREENPEACE MÉXICO. (2004). El papel y su impacto ambiental. 29/11/16, de Greenpeace México: Sitioweb:http://archivo.estepais.com/inicio/historicos/94/14_Medio%20ambiente_El%20papel_greenpeace.pdf