Huerto urbano, un apoyo en la economía familiar


Categoría: Pandilla Kids (3ro., 4to., 5to. y 6to. Año de primaria)
Área de participación: Medio Ambiente

Asesor: REYNA ELIZALDE GONZÁLEZ

Autor: Julio Alejandro Contreras Abrin ()

Grado:

Resumen

El presente trabajo se refiere a la  creación de un huerto urbano, desde sus inicios la ciudad ha estado estrechamente relacionada con la agricultura, remontándonos a sus orígenes, los primeros asentamientos humanos sedentarios en el Neolítico aparecen ligados al desarrollo de la técnica agrícola, y no se pueden entender los unos sin la otra. Esa fue la primera gran revolución urbana de la historia, desde entonces las cosas han cambiado mucho, la ciudad ha ido ocupando, degradando y distanciando el campo, cada vez están más lejos los tiempos en los que los alimentos dependían de la producción local y de la disponibilidad estacional.

Pregunta de Investigación

" ¿Puede un huerto pequeño de 1m2 por persona, proveer de vegetales suficientes para mi familia como para que mi mama no compre en el mercado? ¿Cuánto dinero se ahorrará en un hogar el aprovechar estos pequeños espacios? "

Planteamiento del Problema

En la actualidad existen lugares donde el hambre es un problema muy grave, es por eso que pienso que si aprendiéramos a cultivar nuestros propios alimentos podríamos tener comida a un costo muy bajo y que a su vez podríamos enseñar a otros a cultivar sus alimentos y ahorrar o en el caso de personas de muy pobres a mejorar su calidad de vida

 

Antecedentes

Para entender el papel actual de la agricultura urbana (AU) es necesaria una revisión histórica de sus funciones y características en la ciudad occidental, estudiando los motivos de su implantación, su sentido, evolución y potencialidades.

Los momentos de mayor auge de la AU están ligados a crisis económicas y energéticas, que obligan a recurrir a ella para asegurar el autoabastecimiento.

En los inicios de la ciudad industrial del XIX la AU cumple funciones de subsistencia, higiene y control social. En países como Gran Bretaña, Alemania o Francia las autoridades locales y las grandes fábricas se ven obligadas a ofrecer terrenos a los trabajadores para completar sus recursos y mejorar las condiciones de vida en los barrios obreros.

En la primera mitad del siglo XX la AU aparece ligada a las guerras mundiales, su función es de subsistencia y patriótica, de apoyo a la economía de guerra y a los procesos de posguerra. Se desarrollan programas gubernamentales y campañas de fomento de la AU, como Dig for Victory en Gran Bretaña, o Victory Gardens en Estados Unidos.

A partir de los años 70 los proyectos de AU cumplen funciones de desarrollo local, integración social y educación ambiental, y son lideradas por organizaciones comunitarias y ecologistas.

En el momento actual la AU tiene la potencialidad de ser un instrumento de mejora ambiental y social, colaborando en la sostenibilidad urbana, la lucha contra el cambio climático, la calidad de vida y la creación de ciudades a escala humana.

Palabras clave: rehabilitación urbana, autonomía alimentaria, metabolismo urbano, calidad de vida.

Huertos para pobres – Poor Gardens

 En la ciudad industrial del XIX y principios del XX, las principales funciones de los huertos urbanos son la subsistencia, la salud, la “moralidad” y la estabilidad social. Fomentados por asociaciones benéficas, por la iglesia, por humanistas e higienistas demuestran ser un instrumento adecuado para proporcionar recursos a los más necesitados, a la vez que controlan el exceso de autonomía mediante normas y condiciones, con un marcado carácter político, moral o religioso. Como ocurrirá en una dimensión más amplia en las company-towns (que también incluían parcelas de huerto en cada casa), la visión paternalista de los empresarios está acompañada del intento de controlar los hábitos de vida y la moral de los trabajadores y alejarlos del incipiente movimiento obrero o de prácticas de autonomía. Así se establecerían distintas medidas para evitar que los huertos proporcionen una alternativa al trabajo asalariado,

controlando su tamaño, estableciendo planes y rotaciones de cultivo y prohibiendo la venta de la producción, que sólo podía destinarse al autoconsumo.

El origen de los huertos para pobres se sitúa en ámbitos rurales siglos antes de la Revolución Industrial, y se puede ilustrar con el proceso de cercamiento en Reino Unido, que se inicia en el siglo XVIII, con una serie de leyes (Enclosure Acts) que privatizan los terrenos comunales (entre 1700 y 1860 se cercaron 5 millones de acres de terreno, unos 2 millones de hectáreas (King, 2007), provocando el aumento de la pobreza, y obligando al desarrollo de Leyes, subsidios y ayudas. Algunos miembros de la iglesia y grandes propietarios de suelo se muestran partidarios a ceder terreno a los campesinos sin tierra, con los argumentos de que esto ayudaría a reducir el crimen y la inmoralidad, reduciría los subsidios a los pobres y contendría la emigración a las ciudades industriales. La provisión de huertos era voluntaria, a pesar de que se intentó legislar sin éxito durante el siglo XVIII, y los propietarios de los terrenos establecían condiciones como la asistencia regular a la iglesia, la educación de la familia en la decencia y las buenas costumbres, y la expulsión en caso de comportamientos o convicciones consideradas criminales (King, 2007). Una ley de 1819, (Select Vestries Act), da a los párrocos y supervisores de las Leyes contra la pobreza la autoridad para alquilar terrenos a los desempleados. A partir de esta ley se comienzan a desarrollar allotments de menor tamaño en las ciudades (en la periferia o en terrenos sin desarrollar en el centro). A lo largo del siglo XIX irá disminuyendo el número de allotments rurales y se convertirán en un fenómeno mayoritariamente urbano. Se pasa también, a medida que su número aumenta y el acceso a ellos está más extendido, desde la reclamación de más espacios de cultivo a las protestas por los alquileres, que al estar en manos de propietarios privados, son mucho más altos que los de terrenos agrícolas (King, 2007).

Es a finales del siglo XIX cuando por primera vez una ley (Allotments Act, 1887 y 1908) obliga a las autoridades locales a proporcionar a los obreros terrenos para el cultivo. Reino Unido había pasado de los aproximadamente 100.000 allotments existentes en el año 1850, a los 244.260 en el año 1873 y a 448.586 en 1890 (Spudić, 2007). Desde entonces sucesivas leyes en distintos países europeos irán regulando las condiciones de cesión, los alquileres, los derechos y obligaciones de la administración pública y de los hortelanos.

En Alemania surge, en 1864, la que se considera la primera asociación de huertos, conocidos como schrebergarten en este país, fue creada en Leipzig para reclamar jardines dentro de la ciudad, entendidos como espacios de juego y educación, siguiendo las ideas del doctor D.G.M. Schreber, médico y profesor universitario, que llamó la atención sobre las nefastas consecuencias sociales que estaba causando el crecimiento urbano industrial y la necesidad de que los niños de las ciudades tuvieran lugares donde respirar aire fresco y hacer ejercicio. En el primer terreno que consigue la asociación se delimita una parte de huerto que será mantenido por los niños, sin embargo, pronto se hace patente que el trabajo es demasiado duro para ellos y serán las familias las que se hagan cargo de los cultivos. La iniciativa se extiende rápidamente por otras ciudades, apoyada en la formación de asociaciones.

En Francia y Bélgica el movimiento de huertos obreros (jardin ouvriers) se debe a la iniciativa de dos sacerdotes franceses, Lemire y Gruel, y un editor belga, J. Goemare,

que en 1896 fundan la Ligue Française du Coin de Terre,y tres años más tarde su homóloga belga, en 1910 existían en Francia 17.000 huertos y 2.000 en Bélgica. El principal beneficio que sus promotores destacan de los huertos sería la defensa del orden social, al alejar a los trabajadores de las tabernas y los clubs sociales y al fomentar las actividades en familia. En estos países el movimiento tiene un marcado carácter religioso y antirrevolucionario, como ejemplo el título del manifiesto fundacional de la Liga belga de jardines para obreros (1896): Plus de socialistes! (no más socialistas!) (Van Molle y Segers, 2008).

La misma coyuntura de precariedad social que se vivía en los suburbios obreros europeos sirve de contexto a la aparición de los huertos para pobres en los Estados Unidos. A raíz de la depresión económica de 1893, el alcalde de Detroit, H.S. Pingree lanza un programa de cultivo en terrenos vacíos de la ciudad que cede a los desempleados, (unas 1000 familias se beneficiaron del programa) que así podrían cultivar sus alimentos, principalmente patatas judías y nabos. Estos terrenos fueron conocidos como Pingree Potato Patchs (parcelas de patatas), y la iniciativa fue replicada en los siguientes años en otras ciudades, como Buffalo (con más de 2000 familias), Minneapolis, Denver o Chicago. Se recurrió nuevamente a esta medida en la Gran Depresión (1929-1935), periodo en el que se denominaron Relief Gardens (huertos de emergencia).

Los huertos del siglo XXI

 En las ciudades occidentales contemporáneas la agricultura urbana cumple funciones principalmente de educación ambiental y alimentaria, terapéuticas, de ocio, de fortalecimiento comunitario y en algunos casos de creación de empleo. Desde su repunte en los años setenta los huertos urbanos han persistido a duras penas, y han llegado a considerarse un entretenimiento para jubilados o hippies o en el mejor de los casos un mero instrumento de inserción social. Las preocupaciones sociales más recientes relacionadas con la alimentación o con la calidad ambiental dentro de las ciudades, han llevado a que crezca el interés de todo tipo de personas sobre estos espacios, y podemos afirmar que estamos asistiendo al resurgir de un movimiento.

En primer lugar encontramos numerosas experiencias en las que los huertos urbanos son entendidos como una oportunidad de contacto con la naturaleza, como excelentes espacios de educación ambiental, de aumento de la biodiversidad y de respuesta a la preocupación por la calidad de los alimentos.

Aparte del acceso a alimentos sanos cultivados localmente otra de las principales funciones que pueden cumplir los huertos en la actualidad es el fortalecimiento comunitario y la mejora del paisaje y habitabilidad urbanas.

Objetivo

Crear un huerto urbano en la azotea de mi casa, y demostrar como puede este huerto proveer a mi familia de vegetales frescos y a su vez ser un apoyo en la economía de mi familia

 

Justificación

Un día  viendo la tele hablaban acerca de que hay muchos países pobres  en los que el hambre y pobreza son un  problema que afecta a buena parte de su población. Con mi investigación quiero buscar una solución a este problema.

Hipótesis

Sí creo un huerto urbano en casa de un metro cuadrado, entonces  podré tener vegetales, suficientes para abastecer mi consumo de estos durante un mes y ahorrare a mi familia alrededor de $150 a la semana

Método (materiales y procedimiento)

Para este proyecto haré un huerto urbano en la azotea de mi casa, usare palets, tierra y humus, semillas de plantas pequeñas como rábanos zanahorias calabacitas espinacas perejil lechuga también de plantas grandes como coles brócoli coliflor pimiento y de plantas verticales como jitomate, pepino, y ejote

Esta huerta es ideal para espacios pequeños, y mi hipótesis es que será suficiente para el abasto diario de una persona por un mes.
Para el diseño, dividiré en cuadrados de 25 cm2 cada uno y sembrare una legumbre, hierba diferente. Usare una estructura de varas o tubos para sostener las plantas grandes y sembrare en el frente las más pequeñas, en la siguiente hilera las medianas y hasta la ultima las más grandes, así permitirá que tenga acceso a todas y así pueda cosecharlas.

Agregue la mezcla a un cartón de huevos  ya que indicaba en el otro video que al ser de cartón la humedad seria la correcta, es decir ni mucha ni poca.

Plante diversos tipos de semillas tales como: Betabel, zanahoria, rábano, jitomate, pepino, acelga, espinaca, lechugas, jitomate, Brócoli y pepino.

Moje la tierra cuidando de no sacar las semillas  y moje pedazos de periódico y los puse en la parte superior del semillero

Metí todo el semillero en una bolsa de plástico para mantener la humedad. Espere 4 días y destape descubriendo que ya habían geminado. Sin embargo al trasplantarlos murieron todos a pesar de haber usado la misma mezcla de  tierra y humus de lombriz.

Con esos brotes decidí trabajar y los trasplante a macetas más grandes, llenas con mezcla de tierra negra humus de lombriz y tierra de hoja.

Galería Método

Resultados

Tristemente el resultado no fue el esperado ya que a pesar de regar constantemente los brotes, no crecieron. Ya que desde que se hizo el experimento, las platas no crecieron más de 5 cm a pesar de que en el empaque de semillas decía que en 6 semanas estaría cosechando mis primeros pepinos.

Galería Resultados

Discusión

Conclusiones

A pesar de haber seguido el procedimiento que indicaban mi investigación, los resultaron fueron completamente diferentes a lo esperado, sin embargo en futuras ocasiones, intentare el germinado de semillas con agrolita, u otro sustrato con más ventilación, en cuanto al crecimiento de las platas ya geminadas es posible que hayan necesitado más abono o un sustrato más rico.

Bibliografía

Campbell, I. Campbell, M. 2009 A survey of allotment waiting lists in England. June 2009. Editado por Transition Town West Kirby y National Society of Allotment and Leisure Gardeners. Consultado en web en marzo de 2011: http://www.transitiontownwestkirby.org.uk/files/ttwk_nsalg_survey_09.pdf

http://youtu.be/mrZCo1XaPfM

http://web.ua.es/es/ecocampus/documentos/consejos-ambientales/huertos-sostenibles.pdf



Huerto urbano, un apoyo en la economía familiar


Huerto urbano, un apoyo en la economía familiar

Summary

Research Question

Problem approach

Background

Objective

Justification

Hypothesis

Method (materials and procedure)

Results

Discussion

Conclusions

Bibliography