Divulgación y enseñanza de la ciencia

Acuario Invertido

  • Categoría: Pandilla Petit, (preescolar y 1ro. y 2do. año de primaria)
  • Área de participación: Divulgación y enseñanza de la ciencia
  • Asesor: LUZ AURORA BASTIDA CASTILLO
  • Autor: Carlos Gerard Mendoza Pérez ()

Resumen

 

Este proyecto tiene como objetivo que los niños tengan un acercamiento hacia las leyes de la física, jugando con esquemas nuevos, que ayudaran a abrir el interés por las leyes que nos rodean, adicional a esto comprender los elementos que se encuentran a su alrededor como son el agua, el aire y por supuesto la presión atmosférica.

Aprender cosas que se pensaran como imposibles e inimaginables para una generación que aprende desarrollándose.

Así mismo explicar de una manera sencilla que los niños puedan entender cómo se utiliza la presión atmosférica y lo más interesante como pueden sobrevivir los peces sin depender del oxígeno de manera directa.

Pregunta de Investigación

¿Podrá el agua levantarse por arriba de su nivel?

Planteamiento del Problema

Como lograr que la presión atmosférica adquiera completamente lleno un envase por arriba de su nivel.

Antecedentes

Un acuario es un recipiente capaz de contener agua, con al menos una de sus caras de algún material transparente, generalmente de vidrio o metacrilato, y dotado de los componentes mecánicos que hacen posible la recreación de ambientes subacuáticos de agua dulce, marina o salobre y albergar vida correspondiente a esos ambientes, como peces, invertebrados, plantas, etc. El diseño más básico de acuario es de planta rectangular, realizado a partir de vidrios sellados con silicona neutra.

El concepto acuario ha superado y sustituido al concepto de pecera. Una pecera típica era una bola de cristal, abierta por arriba a través de un agujero circular, con un fondo plano, en el que se mantiene agua y peces de colores. Las condiciones ambientales no están controladas, y para mantener con vida los animales el agua debe ser sustituida cada cierto tiempo por agua limpia y sin cloro, al no poseer ningún sistema técnico de depuración. En estas condiciones generalmente sólo sobreviven especies robustas, como carpas doradas. El término pecera tiene connotaciones negativas por representar una especie de tortura para los inquilinos que les haya tocado en suerte malvivir en ella.

El acuario se diferencia de la pecera en que las condiciones ambientales son estables y controladas, y están adecuadas para la vida de los organismos que van a vivir en él. Los acuarios más sofisticados pueden albergar un auténtico arrecife marino, dotados de sistemas de iluminación especiales, bombas, generadores de olas, filtros físicos, biológicos y químicos, control de temperatura, dosificadores de elementos traza, reactores, medidores de parámetros, etc.

Historia

Pese al origen latino de la palabra, el nombre no proviene de la literatura romana, si bien es verdad que los romanos practicaban un arte similar, si hacemos caso de los datos proporcionados por Plinio el Viejo, citado por Bernd Brunner (2005, p. 21). El cuidado de peces en entornos cerrados o artificiales, acuariofilia o acuicultura, es una práctica que se remonta varios siglos antes de Cristo.

Los sumerios eran conocidos por mantener peces en estanques, antes de su consumo. Peter W. Scott (1995, p. 6) indica que también se han encontrado descripciones del pez sagrado Oxyrhynchus en el arte egipcio antiguo. Para Hargrove y Hargrove (2011, p. 17) las primeras evidencias arqueológicas sobre la tenencia de peces en recipientes con fines recreativos provienen de esta civilización, no de la sumeria.

Scott (1995, p. 6 y 7) mantiene que costumbres similares a la acuariología se daban en otras culturas y cita la reproducción selectiva en China de la carpa entre el 618 al 907 DC. Dicha reproducción derivó en los hoy populares kois y carpas doradas. Asimismo, también Scott (1995, p. 7) menciona la existencia de sólidas evidencias sobre el gusto de los chinos durante la dinastía Song por los peces de colores en recipientes cerámicos grandes con fines recreativos. Autores como Pedro Arté (1958, p. 6) indican que no se cuenta con pruebas sobre las prácticas chinas en particular y orientales en general, pero el autor no duda en afirmar que debieron existir y se orientaban casi exclusivamente a especies de agua dulce. Esta práctica perduró, de algún modo, en varios países de Asia, como Corea del Norte, tanto es así que Kang Chol-Hwan y Chor-Hwan Kang (2002) destacaban lo muy común de esta afición entre los niños de Pyongyang, quienes acudían a los ríos para capturar ejemplares nuevos.

Beneficios de un acuario

Instalación en un centro comercial de Kaunas, Lituania. Los acuarios son un buen elemento decorativo y arquitectónico.

El primer beneficio que aporta estos recipientes a sus dueños es el disfrute de un ambiente acuático en su casa o en otra dependencia, misión para la que fueron creados. Pero además se han descubierto varias ventajas asociadas al cuidado de cualquier mascota. Hargrove y Hargrove (2011, p. 16) indica que la fauna y la flora de un acuario son seres vivos y, por tanto, demandan cuidados como alimento, temperatura casi constante o higiene, lo que supone un motivo de preocupación para la persona que los posee y, por tanto, una responsabilidad que contribuye a paliar la soledad, el sentimiento de inutilidad y la monotonía, situación vivida por muchas personas jubiladas.nota 1​ Pero, al contrario que perros y gatos, no requieren tareas cotidianas largas, como sacarlos a pasear cada día; tampoco hacen ruido, no producen malos olores, ocupan poco espacio y no estropean los muebles o el suelo, salvo accidentes. Además, siguiendo con la comparación con perros y gatos, el mantenimiento de un acuario resulta económico en el caso de un acuario de agua dulce, aun incluyendo el costo de los cambios de filtros de carbón activo, CO2, abono de plantas o iluminación. Sin embargo, el acuario marino o de agua salada, requiere un desembolso sensiblemente superior al de agua dulce.

El desembolso, prosiguen Hargrove y Hargrove (2011, p. 16), es menor que los desembolsos para comida, champús o vacunas de gatos y perros. Bien es verdad que la cuestión económica cambia para los acuarios de agua salada, los cuales requieren más tecnología y más mantenimiento. Sin embargo, un estudio, recopilado por Hal Herzog (2012, p. 120-121) y realizado por miembros de la Universidad Queens en Belfast, demostró que las mascotas llegaban a tener efectos negativos sobre las personas con fatiga crónica. El mismo autor recoge otro trabajo realizado en Finlandia con 21.000 personas donde se veía un menor consumo de tabaco y alcohol en los dueños de algún animal; pero, prosigue Herzog (2012, p. 121), ese grupo de personas presentaba niveles de presión arterial y colesterol superiores a quienes no cuidaban animal alguno, entre otros perjuicios.

Un beneficio más estriba en su potencial docente. La microbióloga Nancy Mahecha Parra (2005, p. 116) informa que poseer un ser vivo constituye un buen medio para instruir a los niños a asumir responsabilidades, además de aprender el amor a otras especies. En segundo lugar, son muy útiles para explicar determinados temas de biología, en parte como las otras mascotas y en parte no, por su vertiente acuática. Para Ramón María Nogués (1988, p. 164) tanto un acuario como tal, como un estanque al aire libre, permite conocer los ciclos biológicos, el comportamiento de los animales que lo habitan o familiarizarse con la madurez del ecosistema, entre otros usos.

Con todo, los acuarios aportan también ventajas exclusivas, siguiendo a los citados Hargrove y Hargrove (2011, p. 16). La más vistosa es su posibilidad de ser un elemento decorativo, tanto por su luminosidad como por su función arquitectónica.1​ Debido a su forma rectangular, muchos acuarios se utilizan para dividir visualmente una estancia o para decorar una pared.2​ Otra ventaja de la que carecen otras mascotas es su capacidad para combatir el estrés. En frase de Dreyer y Keppler (1996, p. 15) “ante un acuario resulta fácil relajarse”. Esta peculiaridad los hace útiles en ambientes donde pueden vivirse situaciones de nerviosismo. Connie Neal (2011, p. 47-48) recoge varios lugares donde los acuarios ayudan a reducir el estrés producido, como los restaurantes, los despachos de consultoría o los consultorios pediátricos, para mitigar el miedo de los niños. Razón por la cual, continúa Neal, ciertos doctores y terapeutas aconsejan colocar acuarios en salas en donde se pueda experimentar niveles de estrés elevados.

Construcción de pecera

Suele componerse de cinco cristales, pero existen acuarios con menos o con más. Según el esquema más básico, el vidrio de mayor tamaño hará de suelo y los demás se montan encima. Existen muchas formas de acuarios según tengan esquinas curvas, poliédricas o sean cilíndricos, 2​ por citar algunas alternativas, pero lo más normal es el de forma rectangular, con caras iguales dos a dos.

El volumen de la cubeta puede ser muy diverso. Cuanto más volumen de agua más fácilmente se consigue la estabilidad del ecosistema, porque los cambios de temperatura son más progresivos y los posibles contaminantes se diluyen en más litros. Por razones como estas Hargreaves (2002, p. 20), Hargrove y Hargrove (2011, p. 9) se decantan por las cubetas de mayor tamaño frente a las más pequeñas.

Aunque no forman parte de la cubeta físicamente, también se pueden ir con ella las paredes para contener en el interior las distintas etapas del filtro, la bomba y el termostato, es decir, el ya mencionado filtro interno. En segundo, lugares algunos modelos están dotados de una base que puede amortiguar ciertos golpes y proteger la urna con un reborde resistente. Por último, suelen venir equipadas con una cubierta. Esta suele ser desmontable o, por lo menos, abatible una parte, como muestran Paletta et al. (1999, p. 31). Esta sección móvil o extraíble permite acceder al interior e introducir comida, limpiadores o manguillas. En él suele ir alojado el sistema de iluminación y puede reservar un espacio para guardar las herramientas mencionadas o la lámpara de rayos ultravioleta. Algunos fabricantes crean cubiertas dotadas de un reborde robusto que contribuye a reforzar el conjunto en su parte alta. Pero en ocasiones este suplemento puede ser contraproducente si llega a impedir a las plantas crecer por encima del agua para florecer. El filtro interno, la base y la cubierta estrictamente no forman parte de la cubeta, pero en muchas ocasiones resultan inseparables en la práctica y se venden como un solo producto.

Como se ha indicado, cinco cristales suele ser lo normal, pero existen muchos acuarios que solo cuentan con uno, la cara visible, pues el resto son paredes de hormigón u otros materiales muy resistentes a la presión.1​ Es el caso de los grandes acuarios públicos. De la misma forma, en ocasiones pueden contemplarse cubetas poligonales y acuarios metálicos alojados en contenedores, donde parte de una o más caras se han sustituido por sendos cristales, pero las paredes en sí son metálicas.

Preparación y mantenimiento del ecosistema

Preparar y estabilizar un acuario es un proceso lento y puede llevar varios días o semanas, incluso más tiempo para los marinos.

En principio la preparación consistiría en colocar los elementos decorativos y los accesorios técnicos según el orden correcto, llenar el recipiente de agua convenientemente tratada y esperar a que las bacterias se reproduzcan en cantidad suficiente, mientras los productos químicos desencadenen las reacciones esperadas. Este proceso puede ser relativamente sencillo y no llevar muchas horas, dependiendo de la cantidad de automatismos que se incorporen, según explica Scott (1995, p. 48 y siguientes).

Algo muy distinto es conseguir la estabilización del ecosistema que se generará una vez se ha llenado de agua. Según Paletta et al. (1999, p. 16) existirían dos “estabilidades”, la de corto plazo, la conseguida momentáneamente, y la de largo plazo, alcanzada gracias a la correcta interacción de todo el acuario. Autores como el citado Scott (1995, p. 8) utilizan la definición acuñada por Philip Glosse, según la cual, estabilizar sería lograr las mismas condiciones ambientales de que disfruta la fauna en su ambiente salvaje, por tanto, cambia según la especie, pero Scott matiza que la mayoría de los animales disponibles en el mercado son tolerantes con las condiciones de muchas otras, por lo que no es necesario satisfacer estrictamente a una en concreto. Ahora bien, dicha tolerancia no es tan generosa en los acuarios de agua salada, donde los márgenes bacterianos, de calor o decantación son más estrechos. En un acuario marino este proceso resulta más complicado, pudiendo alargarse durante meses.

Paletta et al. (1999, p. 16) indican que puede ser necesario medio año para estabilizarlo y otro medio para lograr la estabilidad a largo plazo.

Los principales puntos que necesitan ser planificados para lograr un ecosistema estable son los siguientes:

Ubicación

El lugar donde se ubica el acuario influye mucho en la preparación y más aún en la vida que surgirá dentro. La acuariología con el tiempo ha ido aprendiendo algunas lecciones según indica Hargreaves (2002). Un error ya comentado fue lo perjudicial de los emplazamientos muy soleados, pese a lo que pueda parecer. Con una potente fuente de luz las algas proliferarán con facilidad y por ende algunas pestes algáricas. Expertos como Hargrove y Hargrove (2011, p. 24) advierten además de lo peligrosa que puede resultar la luz solar al subir considerablemente la temperatura del agua por el día y descender demasiado por la noche, con el riesgo de producir enfermedades. La experiencia indica que las ubicaciones dotadas de luz indirecta son las mejores para lograr un acuario exitoso.

Acuario colocado junto a una ventana: en principio, una ubicación incorrecta.

Asimismo, y por medio del ensayo y el error, se sabe que los pasillos y lugares transitados o con mucho ruido ambiente tampoco resultan adecuados, ya que los peces sufren estrés constante con el trasiego de personas, las cuales siempre serán percibidas como peligrosas. Por último, no debe olvidarse la mencionada capacidad decorativa e incluso arquitectónica.1​ Un acuario bien ubicado no solo proporcionará una vida apacible a los peces, sino que ofrece un singular y atractivo espectáculo relajante.

El mueble que sustente toda la instalación es de importancia capital. Ha de ser firme y capaz de soportar un peso doble al del agua que pueda contener. Un acuario de 100 L más accesorios, grava, etc., puede llegar a pesar holgadamente unos 140 kg. Nota 7​ El peso final que alcanzará será un factor importante si el conjunto mueble-acuario se moverá para limpiar sus inmediaciones, por ejemplo. Idealmente se debe desplazar lentamente y, a ser posible, cuando se realizan los cambios de agua, momento en el que pesa menos y está más agitado. El peso también determina una cuestión en principio sin importancia, pero que a largo plazo puede causar daños cuando el mueble se deposita sobre un suelo de madera: su posición con relación a la orientación de las lamas de tarima, parqué o suelos laminados, si el piso está forrado con ellas. Varias decenas o incluso cientos de kilogramos pueden curvar dichas láminas si se coloca en paralelo o sentido longitudinal, es decir, con el mueble reposando sobre dos o tres.

Mientras que la orientación transversal es más robusta al distribuir el peso entre más elementos de madera (cinco, siete, diez, etc.).

Otro factor es su carácter de instalación compleja, por lo que muchas veces se planifica el lugar teniendo en cuenta que se necesitará por lo menos una toma de corriente eléctrica bien instalada y aislada, es necesario recordar que todo el conjunto albergará considerable agua en su entorno y a veces salpicará, lo cual siempre supone cierto riesgo eléctrico. Según Hargrove y Hargrove (2011, p. 25) y por las razones expuestas antes, un acuario no es el mueble ideal para los niños. Por último, Hargrove y Hargrove (2011, p. 26) indican que una toma de agua potable y un desagüe son también de utilidad para evitar acarrear cubos por la casa o la oficina.

Limpieza

Un acuario correctamente estabilizado y poblado requiere poco mantenimiento. La observación y la práctica indicarán con el tiempo el estado de la fauna y de la flora. Pese a ello y a todo el instrumental que pueda colocarse, no deja de ser un sistema estanco y, por lo tanto, diferente del hábitat natural donde habitan peces y plantas. Este defecto insalvable hace imprescindible algunas tareas que imiten el constante y natural cambio de agua de ríos, lagos y océanos. La limpieza quizá sea la más importante, no solo por razones estéticas, sino de salubridad, pues de lo contrario los nitritos y fosfatos expulsados por los animales terminarán convirtiéndose en toxinas.

Una tarea periódica es la limpieza del filtro. Como se apuntó en su apartado correspondiente, una limpieza total y no progresiva de todas las masas filtrantes supondría la pérdida de las colonias bacterianas que viven en ellas y la interrupción de la filtración. Como se indicó, un filtro cuenta con dos o tres masas filtrantes; el orden para limpiarlas puede ser el de la propia disposición en el filtro, como muestra Scott (1995, p. 162); es decir, primero las masas más finas, tiempo después las más gruesas y, por último, cambiar las masas químicas si las hubiera. Finalmente, en el habitáculo quedarán impurezas no atrapadas por los distintos materiales; si no se retiran de vez en cuando se irán descomponiendo y producirán sustancias dañinas para la fauna; también pueden contribuir a taponar el filtro. La limpieza de dichas impurezas puede realizarse mediante sifón, es decir, absorbiendo el agua con un tubo con ilustra Boruchowitz (2001, p. 73).

Lo mismo que las masas filtrantes, estas impurezas alojan importantes colonias bacterianas; por lo tanto, absorberlas cuando se piensa limpiar o se ha limpiado parte del filtro privará de un considerable filtrado biológico, con un efecto negativo para la estabilidad del medio.

Con el fin de minimizar el impacto que la limpieza causa sobre la depuración biológica se pueden poner en práctica diferentes soluciones: limpiar las distintas masas en días alternos y utilizando agua del mismo acuario, traer agua de otro acuario cuando la pérdida ha sido considerable o incluso añadiendo bacterias adquiridas en comercios del ramo, caso de necesitar vaciar la cubeta por una rotura y haber conservado pocos litros. Con estas técnicas se consiguiendo minimizar la pérdida de una forma similar a como puede hacerse con el primer llenado, siguiendo las indicaciones de Scott (1995, p. 159).

Como se ha escrito ya, la frecuencia de limpiado la dicta más la experiencia y la percepción que un grupo de normas fijas. Pese a ello, en el caso de acuarios marinos o de arrecife se ha demostrado que retirar todos los desechos que hubiera y limpiar dos veces al día el vaso colector del espumador (skimmer) resulta beneficioso.

Tanto en los acuarios de agua dulce como los de salada, la temperatura del líquido con la que repone a la extraída resulta importante y puede causar daños a los seres vivos si es agua templada o caliente. Según los ya citados Paletta et al. (1999), los acuarios de agua marina son más complicados de mantener y una de esas complicaciones se manifiesta en el tipo de agua requerida para la renovación, pues la del sistema público puede causar problemas, pese a recibir un aporte correcto de sales. La de ósmosis ha demostrado ser más inocua, pero también resulta más difícil de obtener.

Si la limpieza del filtro puede llegar a ser importante para los peces, la limpieza de las plantas resulta vital. Si las algas consiguen cubrir totalmente las plantas superiores pueden llegar a matarlas, algo que buscan genéticamente por estar en competencia con la flora superior. Pero, al producir mucho anhídrido carbónico, también ponen en peligro a los animales (Hargrove y Hargrove, 2011, p. 215). Limpiar las hojas cuando se han cubierto de algas resulta conveniente y puede realizarse de dos maneras: con productos químicos, algicidas, o manualmente hoja por hoja. La primera es más contundente, pero también más extrema, en definitiva es utilizar un biocida y Boruchowitz (2001, p. 32 y 33) advierte de los peligroso que son los biocidas y otros productos químicos.

La limpieza manual es más laboriosa, pero más saludable para todo el entorno, desgraciadamente sólo es una solución temporal si no se ataja lo que permite a las algas desarrollarse.

Otro capítulo de la limpieza se refiere al biotopo. Sobre los elementos más grandes, como rocas y raíces, los excrementos y otros deshechos precipitarán y comenzarán sus procesos de putrefacción. Con el tiempo dichos desechos se tóxicos. La limpieza de objetos grandes comprende: sacar las rocas y troncos, frotarlos con un cepillo de dientes que no haya sido usado antes y devolverlos a su emplazamiento. Los desechos que caen al fondo, las plantas podridas y las que flotan seguirán el mismo ciclo que las raíces y rocas. Para evitarlo las plantas pueden retirarse fácilmente con una manguilla, sin embargo la grava del suelo requiere ser removida para que los guijarros precipiten y las sustancias potencialmente tóxicas permanezcan flotando para poder absorberlas por sifón, Skomal (1997, p. 95) indica que estas operaciones pueden hacerse anualmente.

Un apartado que tener en cuenta es la limpieza de los cristales. Expertos como Hargrove y Hargrove (2011, p. 181) le dedican un apartado propio solo a la limpieza exterior. Esta operación obedece a necesidades tanto estéticas como vitales, por eliminar también en parte las perjudiciales algas. Estas tienen tendencia a ir cubriendo las paredes y así apoderarse de la luz que pueda entrar. Debido a la competencia entre plantas y algas, cuanto más débiles sean estas más fuertes serán aquellas y la limpieza de cristales resta vitalidad a las segundas y reduce sus desagradables olores. Para esta labor existen en el mercado gran cantidad de utensilios mecánicos, no biocidas, como los imanes mostrados por Skomal (1997, p. 90), pero estas herramientas magnéticas presentan el molesto inconveniente de rayar los vidrios si algo de grava se aloja entre los utensilios y el cristal, por ejemplo cuando se limpia la parte baja de la cubeta, ya que aquella está formadas por trozo de cuarzo y otros minerales duros.

La limpieza de un acuario, incluidos los cristales, no es sólo un requisito de las instalaciones domésticas, los zoológicos, museos y otras instituciones abiertas al público cuentan con equipos de submarinistas para realizar esta labor sus grandes tanques de millones de litros.

Renovación de agua

Como ya se apuntó, en los acuarios no se puede reproducir el cambio constante de líquido, algo casi continuo en su medio ambiente. Este fenómeno debe simularse con renovaciones regulares, ya que si las bacterias se encargan de degradar el amoníaco y convertir los nitritos en nitratos, estos últimos se acumulan, pudiendo alcanzar valores importantes y tóxicos para los peces. Los nitratos son consumidos por las plantas acuáticas y por las algas; sin embargo, este consumo en ocasiones no basta para eliminarlos todos.

Sólo la sustitución de agua permite obtener tasas aceptables. Una tasa de nitratos igual o superior a 50 mg/L puede ser peligrosa. Por otra parte, los cambios de agua permiten suministrar los oligoelementos necesarios para peces y plantas; en caso contrario se agotan.

Todos los títulos consultados coinciden en esta tarea, nota 8​ aun siendo una de las más costosas de automatizar. Por el contrario, los expertos no se ponen de acuerdo sobre la frecuencia de la renovación. Para Skomal (1997, p. 94), Dreyer y Keppler (1996, p. 53) debe sustituirse cada semana una cuarta parte del total, Scott (1995, p. 45) apuestan por renovar entre un 20 y un 25 % cada dos o cuatro semanas. Esta frecuencia puede aumentar si las tasas de nitratos o fosfatos fuesen elevadas. En lo que todos coinciden es en lo saludable para los peces de dicha práctica. Otro beneficio añadido está en el propio método empleado para extraer el agua, que puede constituir un beneficio extra. Como se ha indicado en el apartado limpieza, resulta saludable remover la grava y absorber las impurezas que se desprenden, así se deja sitio para el agua limpia y se purifica el fondo de los nocivos excrementos que, antes o después, envenenarán el biotopo donde viven especies como el Hypostomus, útil devorador de algas.

Independientemente de qué autor se lea, todos coinciden que cambiar la mitad o más del agua en un sólo día resulta perjudicial, al romper el Ciclo del nitrógeno. Asimismo, existe consenso sobre la necesidad de intentar igualar las temperaturas del agua entrante y residente, con el fin de no provocar enfermedades, como el punto blanco (Ichthyophthirius multifiliis).

Alimentación

Distintos tipos de alimentos para peces.

Una tarea diaria es el suministro de alimentos, tanto para fauna como para flora. Afortunadamente puede automatizarse con alimentadores para peces e inyectores de anhídrido carbónico para las plantas, los animales también proporcionan nutrientes. Pese a ello se requiere atención.

El alimento para la fauna, ya sea vertebrada o invertebrada, puede ser fresco, congelado, deshidratado e incluso vivo, como las dafnias o las artemias. Sin embargo, son muy común las opciones de copos y tabletas, dependiendo de si son para peces que viven en la superficie o en el fondo (Dreyer y Keppler, 1996, p. 89). Por contra, las tortugas suelen necesitar carne fresca. Siguiendo la información de Dreyer y Keppler (1996, p. 86) también existe comida en forma granulada, escamas o polvo, ya que cada especie tiene sus propias exigencias. Pese a las demandas de las distintas especies, la mayoría de ellas pueden ser alimentadas con un solo producto. En una fábrica de comida para peces Dreyer y Keppler (1996, p. 88) apreciaron una mezcla de gambas, pescado, harina de cereales, levaduras, algas… pero la mezcla final es secreta.

Los peces son capaces de convertir en carne un 50 % de la comida ingerida, mientras que los animales terrestres consiguen el 10 % (Hargreaves, 2002, p. 61), por esta razón, alimentarlos en exceso les hace acumular grasas que sólo servirán para acortar su vida. Por otra parte, si su ración es excesiva, no llegan a comérsela toda, ensucia el agua enseguida, comprometiendo la salud de sus habitantes y estimulando el crecimiento de algas filamentosas. Asimismo, es normal que los peces de arrecife no coman los días siguientes a ser introducidos en la cubeta. Por ello la ración alimenticia de un animal debe elaborarse en función de sus gustos y exigencias, aunque suele constar de: alimentos frescos como harina de pescado, carne cruda, huevos de pez, mejillones o vegetales; presas vivas como gusanos acuáticos, larvas de insectos o pequeños crustáceos y alimento artificial, caso de los granulados industriales o escamas (hojuelas).

El llamado “gusano tubifex” (Tubifex tubifex), un invertebrado vivo que se recomienda para ciertos peces (Scott, 1995, p. 105 y siguientes), viene asociado con aguas estancadas de gran contenido en parásitos, bacterias o pestes micóticas, las cuales provocan enfermedades a los peces como velo o el punto blanco, también desarrollan tumores. Por esta razón la preparación y los cuidados que dicho animal requiere son abundantes. Skomal (1997, p. 82) indica que los mejores son los criados por uno mismo.

Las plantas exigen menos a la hora de alimentarse, básicamente, su abono se compone de una base ferrosa orgánico, pero pueden vivir sólo del CO2 y de los excrementos animales durante semanas o meses.

Objetivo

Probar que el agua pueda ocupar un espacio por arriba de su nivel.

Justificación

Porqué sería interesante poder tener columnas de agua por arriba de los lagos y observar peces sobre un espejo de agua.

Hipótesis

Si logramos ocupar el espacio del recipiente con agua entonces lograremos presión atmosférica que impida que este se vacié.

Método (materiales y procedimiento)

Metodología.

Te enseñamos paso a paso el como elaborar un acuario invertido.

Necesitamos:

  1. Pecera grande
  2. Urna invertida con paredes largas
  3. Piedras para pecera
  4. Cabeza de poder
  5. Accesorios para pecera
  6. Agua
  7. Peces

 

Método

  1. Colocar una base o mueble que bebe ser firme para que sea seguro el montaje.
  2. Añadimos piedras a la pecera
  3. Colocamos la urna invertida la cual tiene dos paredes mas largas para dar paso a los peces
  4. Movemos un poco las piedras para poder montar la urna invertida
  5. Volvemos a rellenarla pecera de piedras para que no se mueva la urna invertida
  6. Posteriormente llenamos la pecera de agua
  7. Cuando el nivel del agua supere el nivel de la abertura de la urna, succionamos el aire de esta dentro de ella para que el agua suba y la presión del aire no deje salir el agua.
  8. Añadimos mas agua y volvemos a succionar el aire y ponemos más agua
  9. Instalamos la cabeza de poder
  10. Agregamos adornos y accesorios de la pecera
  11. Colocamos los peces y los dejamos en la bolsa por 15 minutos para que los peces se templen y evitar que los peces se afecten por los cambios bruscos de temperatura.
  12. Listo ya esta lista el acuario invertido para disfrutar a los peces

Galería Método

Resultados

¿Qué paso?

El resultado fue el explicar paso a paso la elaboración de una pecera invertida fácil de realiza a un bajo costo con la finalidad que el agua empezó a ocupar un espacio en el espejo invertido (pecera invertida) evitando que los peces sufrieran cambio alguno.

¿Cómo paso?

La elaboración fue hecha en casa con productos que venden en un acuario a bajo costo, al momento de sacar el aire del espejo invertido el agua ocupo espacio de este aire y este se mantuvo por la ayuda de la presión atmosférica. Evitando que se derrame y el agua.

¿Qué obtuviste?

Logramos realizar un acuario invertido con la ayuda de la presión atmosférica con la finalidad de evitar que se derrame los líquidos y así mismo que los peces permanezcan tanto en el interior como en la superficie sin daño alguno.

Galería Resultados

Discusión

Conclusiones

Obtuvimos de manera exitosa la elaboración de un acuario invertido realizado en casa a bajo costo con la finalidad de que los peces no solo permanecieran en el interior de la pecera, sino que también permanecieran en la superficie con la ayuda de la presión atmosférica sin reacción alguna y sin daño alguno.

Bibliografía

http://aceber1981.blogspot.mx/2011/07/definicion-de-acuario.

htmlhttps://es.wikipedia.org/wiki/Acuario_(recipiente)

https://www.youtube.com/watch?v=fczQ9RxEPr03



Acuario Invertido

Summary

Research Question

Problem approach

Background

Objective

Justification

Hypothesis

Method (materials and procedure)

Results

Discussion

Conclusions

Bibliography