¿Sabes por qué es importante lavarnos los dientes? Pues bien, aunque nos acabemos de cepillar los dientes y pensemos que están perfectamente limpios, unas proteínas ácidas que existen en la saliva forman una fina película alrededor de los dientes que proporciona un sitio de anclaje perfecto para los microorganismos. Los primeros que acuden son los Estreptococos y a consecuencia de su crecimiento intensivo se forma la famosa placa dental. La placa puede seguir creciendo y se van uniendo distintas especies. Pero, aunque la placa se empiece a formar aún después de un buen cepillado no quiere decir que no nos los cepillemos. Con cada cepillado hacemos que la placa dental tenga que empezar de cero, o casi de cero. Si no nos lo cepillamos la placa irá en aumento.
Existen aproximadamente 50 mil millones de bacterias que habitan en la boca de las personas, y el tipo más peligroso es el estreptococo. Los estreptococos se sienten muy a gusto en los depósitos que se adhieren a la superficie de los dientes y viven principalmente del azúcar. Esto produce ácidos orgánicos que disuelven la dura capa protectora del esmalte dental de aproximadamente 2,5 milímetros. Si los gérmenes penetran hasta la dentina, pueden erosionar los dientes. Sin tratamiento, la pulpa dental se inflama, causando un dolor intenso.
Este tipo de bacterias se asienta en los nichos de la superficie oclusal (mordida) entre los dientes y a lo largo del borde gingival que los rodea; en otras palabras, en los lugares donde son difíciles de eliminar y donde se pueden desarrollar sin que se las moleste.
Debido a que las bacterias convierten los carbohidratos en ácidos, los dulces y los alimentos y bebidas con azúcares (incluyendo fructuosa y lactosa) fomentan la caries dentaria. Si se agregan ácidos como los que se encuentran en alimentos como los jugos de frutas o la fruta, el ataque al esmalte será aún mayor.
En nuestra boca viven decenas de especies de distintas bacterias, flotando en la saliva, pegadas a la lengua y las mucosas. Si no nos cepillamos los dientes las bacterias se pegan a ellos y forman la placa dental que a su vez te puede causar caries.
Desde que nacemos, las bacterias empiezan a colonizar nuestra cavidad oral. Es importante tener una buena higiene dental para mantener a raya los microorganismos patógenos.
La relación de las personas y las bacterias es algo particular. Aunque algunos de estos microorganismos nos atacan y resultan dañinos para nuestra salud, muchas especies bacterianas viven en armonía con nosotros. La boca es un buen ejemplo de almacenaje de bacterias, puesto que posee más de 600 especies. A pesar de su pequeño tamaño, las bacterias tienen una gran importancia para nuestra cavidad oral, puesto que de ellas depende que tengamos una boca sana o que suframos diversas afecciones. Veamos qué microorganismos bacterianos se alojan en nuestra cavidad oral y cómo nos afectan.
Los géneros bacterianos que encontramos en la boca son: Streptococcus, Lactobacillus, Fusobacterium, Veillonella, Corynebacterium, Neisseria, Actinomyces, Capnocytophaga, Eikenella, Prevotella y varios géneros de Espiroquetas. A parte de todos estos también encontramos dos géneros de hongos: Geotrichum y Candida.
Entre las bacterias que habitan en la boca de las personas, está el estreptococo y es el tipo más peligroso. Los estreptococos se sienten muy a gusto en los depósitos que se adhieren a la superficie de los dientes y viven principalmente del azúcar. Esto produce ácidos orgánicos que disuelven la dura capa protectora del esmalte dental de aproximadamente 2,5 milímetros. Si los gérmenes penetran hasta la dentina, pueden erosionar los dientes. Sin tratamiento, la pulpa dental se inflama, causando un dolor intenso.
Este tipo de bacterias se asienta en los nichos de la superficie oclusal (mordida) entre los dientes y a lo largo del borde gingival que los rodea; en otras palabras, en los lugares donde son difíciles de eliminar y donde se pueden desarrollar sin que se las moleste.
Debido a que las bacterias convierten los carbohidratos en ácidos, los dulces y los alimentos y bebidas con azúcares (incluyendo fructuosa y lactosa) fomentan la caries dentaria. Si se agregan ácidos como los que se encuentran en alimentos como los jugos de frutas o la fruta, el ataque al esmalte será aún mayor.
Solo podemos verlos a través de un microscopio, pero cuanto bien o cuanto mal nos pueden hacer. Aunque no podamos verlos a simple vista, podemos detectarlos por su olor, color o por presencia de gases.
Las especies pioneras son los primeros microorganismos en llegar, ocupando nichos compatibles con las nuevas condiciones. Se adaptan, crean un clima ideal y estabilizan el entorno para recibir a otros microorganismos.
Un ejemplo sería la placa bacteriana, que son bacterias que se establecen en la superficie del diente para que otros microorganismos puedan adherirse y atacar al esmalte.
La formación de placa y su maduración pueden entenderse dentro del concepto de sucesión ecológica.
La flora bacteriana oral
La flora bacteriana oral es una condición personal, no es igual el tipo ni número de bacterias entre cada persona.
Una flora normal es un mecanismo de defensa contra otras bacterias. Además, cumple un rol en el desarrollo del sistema inmunológico.
Existen dos tipos de flora:
Ecosistemas de la cavidad oral
Existen muchas diferencias entre los ecosistemas supragingival y subgingival.
Supragingival
Subgingival
Clasificación de las bacterias en la cavidad oral
Las bacterias se suelen clasificar siguiendo varios criterios, su forma, en cocos(esféricas), bacilos (forma de bastón), espirotecas y espirílos(espirales); Según su estructura de la pared celular; por su comportamiento en base a la tinción de GRAM; en función de la presencia de oxígeno; según sus capacidades metabólicas o fermentadoras; en función de la identificación serológica de los componentes de su superficie y sus ácidos nucleicos.
Dentro de la cavidad bucal encontramos tipos de bacterias que son más destructivas que otras. En el ecosistema supragingival encontramos los colonizadores tempranos de GRAM + aerobios. A medida que el ecosistema disminuye el oxígeno van estableciéndose bacterias más organizadas y periodontopatógenas. Estas son de GRAM –, y habitan en el ecosistema subgingival.
Las bacterias más patógenas las clasificamos de la siguiente forma:
La población bacteriana que tenemos en la boca no es fija, puesto que nuestra actividad diaria modifica esa biodiversidad. Comer, bostezar, morderse las uñas o, incluso, besarse puede cambiar la flora bacteriana bucal, inclinando la balanza hacia un lado u otro.
Hay que tener en cuenta que la microbiota normal de la boca de una persona depende de muchos factores: edad, sexo, situación geográfica, etc. Cada microbiota es única.
El hecho de que en la boca exista tanta diversidad no deja de ser curioso. La saliva contiene nutrientes, pero a muy bajas concentraciones y además contiene sustancias antibacterianas como la lisozima (de ahí que los animales y nosotros mismos nos chupemos una herida, la lisozima hace que muchas bacterias mueran).
Pero, en principio, la comunidad bacteriana oral es individual de cada persona, con la genética y el ambiente que nos rodea como principales agentes formadores de la flora de la cavidad oral. De hecho, una investigación de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, encontró que las bacterias en la boca de los seres humanos, principalmente las que se acumulan bajo las encías, son como una huella digital que permite, por ejemplo, identificar el origen étnico de la persona.
Como hemos dicho, muchas bacterias habitan en nosotros realizando funciones positivas para nuestro cuerpo. Sin embargo, hay otras que generan daño. En el caso de la boca, los patógenos bacterianos provocan:
Pues así es, los dientes son auténticos oasis para las bacterias. Los dientes y las encías acumulan mucha cantidad de nutrientes que favorecen el crecimiento en biopelículas y gracias a este crecimiento, el daño en los tejidos y las consecuentes enfermedades.
Aunque nos acabemos de cepillar los dientes y pensemos que está perfectamente limpio, unas proteínas ácidas que existen en la saliva forman una fina película alrededor de los dientes que proporciona un sitio de anclaje perfecto para los microorganismos. Los primeros que acuden son los Estreptococos y a consecuencia de su crecimiento intensivo se forma la famosa placa dental. La placa puede seguir creciendo y se van uniendo distintas especies. Pero, aunque la placa se empiece a formar aún después de un buen cepillado no quiere decir que no nos los cepillemos, “total, como se va a formar igual” NO. Con cada cepillado hacemos que la placa dental tenga que empezar de cero, o casi de cero. Si no nos lo cepillamos la placa irá en aumento.
Vamos a dar algunas razones de la importancia de cepillarse los dientes. En primer lugar, es por mejorar el aliento, ya que las bacterias de la boca descomponen los restos de comida igual que la que se almacena en un cubo de basura y comienza a oler mal.
En segundo lugar, porque el cepillado evita las caries y que los dientes se pudran, lo que ocasiona la perdida de piezas y el dolor agudo que no nos deja llevar una vida agradable. No queremos esa vida, ni esa apariencia física, ni tener que llevar dentaduras postizas. Lo más barato y eficaz es cepillarnos cada día.
El cepillado de los dientes es una de las partes de mayor importancia dentro de la higiene y el cuidado personal. La mayoría de los dentistas nos recomiendan cepillar los dientes y usar el hilo dental al menos tres veces al día, después de cada comida, aunque a veces cueste hacerlo porque estamos en el trabajo, en la universidad, o de paseo por el campo.
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Investigar y difundir los tipos de bacterias habitan en nuestra boca y así tener una mayor conciencia de nuestra higiene bucal.
A mí me intereso este tema porque quería saber a cerca de las bacterias que habitan en nuestra boca.
Mi mamá me ha dicho que hay que lavarse los dientes mínimos 3 veces al día para no dejar que se acumulen las bacterias en nuestra boca. Pero entonces ¿qué pasa si dejamos de lavarnos los dientes?
Si nos lavamos los dientes al menos 3 veces al día, es posible que se eliminen las bacterias que habitan en nuestra boca.
Veamos de qué forma son las bacterias que se encuentran en nuestra boca, para ello tomemos la muestra de una persona.
Materiales:
Procedimiento
1.- Toma el isopo y pásalo por toda la boca (dientes, encías y lengua).
2.- Ahora toma el portaobjetos y coloca la muestra que tomaste con el isopo.
3.- Con las pinzas toma el portaobjetos y pásalo por el mechero para fijar la muestra al portaobjetos.
4.- Llena el vaso de precipitados con el agua destilada y coloca encima el portaobjetos.
5.- Ahora coloca unas gotas de azul de metileno sobre el portaobjetos, asegúrate que se esparza por toda la muestra y después déjala reposar durante unos minutos. El azul de metileno nos ayudara a que la muestra se pigmente y así poder mirarla en el microscopio.
6.- Toma el portaobjetos y sumérgelo al vaso con agua para quitar el excedente de azul de metileno.
7.- Después coloca el cubreobjetos y llévalo al microscopio.
Se puede observar en las siguientes fotografías la cantidad de bacterias que se generan dentro de nuestra boca.
En nuestra boca habitan millones de bacterias, las cuales a simple vista no se ven.
Es cierto que al cepillarnos los dientes no eliminamos al 100% las bacterias, pero aun así es importante cepillarnos los dientes después de cada alimento para así evitar la acumulación de bacterias y la formación de la placa dentobacteriana.
In our mouth live dozens of species of different bacteria, floating in the saliva or glued to the tongue and mucous membranes. The bacteria stick to them and form the dental plaque which in turn you can cause tooth decay.
To investigate and annouce the different types of bacterias that live in our mouth and in this way to have a better conscience of a healty oral higiene.
If we wash our teeth at least three times a day, it is possible to eliminate the bacteria that live in our mouth.