Equipo [La evolución humana] Bruno Pérez González[2do Jaguar]
El ser humano a lo largo del tiempo ha experimentado cambios, en esta investigación presentamos las fases de la evolución humana u hominización, es el nombre que recibe el proceso gradual e histórico de cambio biológico de los ancestros más primitivos (Australopithecus), hasta la aparición de nuestra especie tal y como hoy la conocemos (Homo sapiens).
Este proceso tuvo inicio hace 5 a 7 millones de años en el continente africano, con el surgimiento del ancestro común entre el ser humano (las especies del linaje homínido) y los chimpancés (Pan troglodytes).
A lo largo del tiempo el ser humano ha experimentado cambios trascendentales tanto física, mental y culturalmente; por lo que es importante cubrir la necesidad del porqué de nuestra existencia, el origen de nuestra especie y su evolución.
Antes de nosotros (durante nuestra prehistoria) existieron numerosas especies que hoy se encuentran extintas pero que presentaban numerosas similitudes físicas, biológicas y comportamentales.
La evolución humana tuvo su punto inicial cuando una población de primates del noroeste de África se dividió en dos linajes que evolucionaron de modo independiente: uno de ellos permaneció en los árboles, mientras el otro se adaptó a la llanura.
Debido a presiones ambientales, las generaciones siguientes de este último linaje desarrollaron el bipedismo, o sea, la capacidad de caminar sobre los dos miembros inferiores, liberando así a los miembros superiores que vendrían a ser luego manos, para manipular herramientas.
El estudio de este proceso se dio gracias a la arqueología, paleontología, geología y otras ciencias semejantes, pero sobre todo gracias al surgimiento de los estudios de Charles Darwin y de la Teoría del origen de las especies, que vino a suplantar al creacionismo o a la generación espontánea como la mayor explicación humana respecto a sus orígenes.
Despertar interés sobre nuestro origen y el porqué de nuestra existencia y evolución.
La búsqueda de los orígenes de los seres humanos y acercarnos a una comprensión del fenómeno humano.
Si conocemos sobre el origen del primer ser humano y su evolución entonces podemos entender mejor la razón de nuestra existencia.
Etapas de la evolución humana.
La evolución humana comprende el surgimiento de las siguientes especies
principales (existieron otras menores que no formaron parte vital del árbol evolutivo):
Ardipithecus. Vivió en el este de África hace entre 4 y 6 millones de años. El Ardipithecus está cerca de la “raíz” del árbol familiar humano. La forma de los huesos fósiles de los dedos del pie sugiere que caminó erguido. El Ardipithecus dio origen al Australopithecus, un género que incluye varias especies que vivieron hace entre 4 millones de años y 1 millón de años. Tanto el Ardipithecus como el Australopithecus tienen brazos más largos, piernas más cortas y cerebros más pequeños comparados con los humanos modernos.
Australopithecus Anamensis. Existió entre hace 4,2 y 3,9 millones de años. Esta especie, que tiene una mezcla de características parecidas a y humano, evolucionó del Ardipithecus. Una comparación de los tamaños corporales y dientes caninos de macho y hembra del A. anamensis revela dimorfismo sexual, notables diferencias entre los dos sexos de la misma especie. Un fósil del hueso de la pierna, la tibia, indica que el A. anamensis tenía una postura erguida y era bípedo, aunque quizá también forrajeaba en los árboles. Por ende, el bipedismo ocurrió temprano en la evolución humana y también pudo haber sido la primera adaptación humana.
Australopithecus afarensis. Probablemente evolucionó directamente del Australopithecus anamensis. En África se han descubierto muchos fósiles de restos esqueléticos de este grupo, incluyendo un esqueleto notablemente completo de 3,2 millones de años de antigüedad, llamado Lucy. El cráneo tenía un cerebro relativamente pequeño, arcos superciliares pronunciados y una mandíbula sobresaliente con grandes dientes caninos. Fueron un grupo variado y exitoso de especies que se enfrentaron a un cambio climático intenso en la sabana de su época.
Homo habilis. Es el primer homínido que tuvo suficientes características exclusivamente humanas para poder colocarse en el mismo género que los humanos modernos. El género Homo se caracteriza por su capacidad de desarrollo de herramientas de piedra, y el primero de ellos existió en África hace 2,2 millones de años. Su capacidad craneal no superaba los 800 cm3 y tenía premolares y molares más pequeños que los de los australopitecinos. Habría compartido época con el Homo rudolfensis, u a menudo se los considera una misma especie.
Homo ergaster. Se cree que evolucionó a partir de habilis. Homo ergaster fue la primera especie humana en salir de África hace 1,8 millones de años y colonizar otros territorios, gracias a lo cual sirvió a su vez de eslabón entre otras dos especies venideras: el Homo erectus (en China y extremo oriente) y Homo cepranensis u Homo antecessor (en Europa).
Homo erectus. Inicialmente los fósiles que ahora se clasifican como Homo ergaster fueron considerados por
algunos científicos como Homo erectus Habitó en Asia hace 1,8 millones de años, hasta su extinción hace 300.000 años. Se cubría con pieles de animales y fabricaba diversas herramientas de piedra, además de cocer sus alimentos, pues habría domesticado el fuego. Esto imprimiría cambios profundos en su musculatura y su sistema digestivo, así como formas más complejas de socialización que habrían requerido entonces un lenguaje articulado. El Homo erectus es el primer homínido que tiene menos diferencias entre los sexos.
Homo antecessor. De mayor altura y cerebro todavía pequeño en comparación con el Homo sapiens, fueron el primer eslabón humano europeo, que sirvió de peldaño entre el Homo ergaster y el Homo heidelbergensis, y tal vez sea el único ancestro común entre los humanos modernos y el Homo neardenthalensis. Existió desde hace aproximadamente 1,2 millones de años hasta hace 800,000 años. Los sitios donde se encontraron fósiles de antecessor muestran numerosos cortes sobre huesos humanos, lo que sugiere que estos humanos primitivos practicaban el canibalismo.
Homo heidelbergensis. Apareció hace aproximadamente 600.000 años y existió hasta hace más o menos 300,000 años, quizá descendió del Homo antecessor. Tenía un gran cráneo de 1200 cm3 y mandíbulas salientes, mayor apertura nasal y, posiblemente, un primer lenguaje simbólico. Sus primeros fósiles se hallaron cerca de la ciudad alemana de Heidelberg, y de allí su nombre.
Homo rhodesiensis. Surgió hace 600.000 años en África, tenía una capacidad craneal más elevada, entre 1280 y 1325 cm3, y rasgos comunes con el Homo erectus, Homo ergaster y antecessor. Sin embargo, sus rasgos apuntan ya más al futuro H. sapiens que a las especies que le fueron contemporáneas, por lo que se trataría de nuestro antecesor directo.
Homo neanderthalensis. El famoso “hombre de Neandertal” habitó Europa, Oriente próximo y Asia central hace más o menos entre 250.000 y 28.000 años, y su extinción se dio por causas desconocidas. Sin embargo, al haber compartido época con el Homo sapiens, se piensa que la selección natural y la competencia habría favorecido a este último. Aun así, muchos humanos de hoy poseen índices genéticos de Homo neanderthalensis, por lo que el cruce entre especies no ha debido ser inusual. Los neandertales tenían constituciones fornidas y bajas. Sus rostros se proyectan ligeramente, sus barbillas y frentes retrocedían, y tenían arcos superciliares pronunciados y mandíbulas pesadas; sus cerebros y dientes frontales eran más grandes que los de los humanos modernos y tenían grandes cavidades nasales. La existencia de esqueletos de ancianos y de algunos con fracturas curadas puede demostrar que los neandertales se ocupaban de los viejos y los enfermos, indicio de avanzada cooperación social. Aparentemente tenían rituales,
posiblemente de significado religioso, y en ocasiones enterraban a sus muertos.
Homo sapiens. Es el ser humano como lo conocemos y surgió en dos tandas. Los humanos premodernos, cuyos cráneos no eran todavía del todo esféricos, tenían frente vertical y bóveda alta, y habitaron África (Etiopía, Israel, Marruecos y Sudáfrica, principalmente) entre 315.000 y 100.000 años. Los humanos modernos estaban dotados de comportamiento y fisonomía modernos, y los primeros restos datan de hace entre 195.000 y 140.000 años. Hace unos 30.000 años, los humanos anatómicamente modernos eran los únicos miembros del género Homo que quedaban. Esta especie habría conquistado el mundo entero, extinguiendo activa o accidentalmente al resto de las especies del género Homo y deviniendo en la humanidad que conocemos hoy.
Campo
La evolución humana tiene, más o menos un siglo y medio de existencia, su nacimiento coincide con la fecha del descubrimiento de los fósiles de neandertal. De esos ciento cincuenta años los últimos años han visto tantos descubrimientos espectaculares e
importantísimos como en los 144 años anteriores. Tanto en trascendencia para este campo de la ciencia como en número.
Se tiene la certeza que en los próximos años se producirán nuevos grandes descubrimientos. Todos los indicios apuntan en una misma dirección: seguro que aparecerán más restos humanos.
A la ciencia de la evolución humana hay que reconocerle su grandeza; pues cada día aporta más datos y de mayor trascendencia. Y no cabe duda de que en los próximos años seguirá aportando conocimientos de gran importancia, tal como hemos apuntado anteriormente, para comprender mejor nuestro pasado evolutivo. Aunque también es cierto que hay preguntas de carácter científico a las que cada vez se ve más claro que tal vez no pueda resolver nunca. Luego, en evolución humana, deberemos de esforzarnos por distinguir entre nuestra ignorancia (y de la que iremos saliendo progresivamente, a medida que se vayan haciendo nuevos descubrimientos) de nuestra ignorancia estructural (aquella que se deriva de la naturaleza del tema en cuestión). Esto ha de servirle para reconocer, con humildad, sus límites. El hecho de que la ciencia de la evolución humana no las pueda responder no significa que los humanos renunciemos a plantearnos estas cuestiones, así como a la búsqueda de una respuesta razonable.
A la paleoantropología hay que recordarle que no puede contestar a todas las preguntas que se plantea el ser humano.
Los seres humanos necesitamos, la aportación y la colaboración sincera, respetuosa y honesta de todas las ramas del saber implicadas en las explicaciones de los interrogantes más importantes que podemos plantearnos como humanos acerca de nosotros mismos.
Afán por saber. (septiembre de 2010). Afán por saber. Obtenido de Afán por saber: https://afanporsaber.com/la-marcha-del-progreso-ilustrando-la-evolución.
Concepto. (28 de diciembre de 2021). Concepto [fotografía]. Obtenido de concepto.de/evolucion-del-hombre: https://concepto.de
Público. (25 de mayo de 2021). Público. Obtenido de Luces y sombras de ‘El origen del hombre’, siglo y medio después: https://www.publico.es/ciencias/charles-darwin-luces-sombras-origen-hombre-siglo-medio-despues.html