Los insecticidas que tenemos en la actualidad si bien son específicos para algunas especies de insectos no dejan de ser dañinos para otras especies, así como contaminantes por lo cual debemos de buscar alternativas que nos brinden eficacia, pero no dañen a otros insectos y a nuestro planeta, existen alternativas de forma natural para las especies de insectos que no les causan daño y no son mortales.
Los insecticidas son compuestos químicos utilizados para controlar o matar insectos portadores de enfermedades Es importante tener en cuenta que algunos insecticidas son perjudiciales, para otros animales o insectos como lo son las abejas, que juegan un papel benéfico para el ecosistema por ello debemos utilizar de manera moderada y considerando sus efectos en el medio ambiente.
El origen etimológico de la palabra insecticida deriva del latín qué
significa literalmente matar insectos, hormigas, cucarachas, mosquitos, moscas, piojos, polillas, escarabajos, orugas, avispas, termitas, ácaros, caracoles, babosas, pulgones, hormigas, moscas blancas causantes de infecciones parasitarias de gusanos polillas y otras plagas.
A lo largo del río Nilo en Egipto, o en las cuencas de los grandes ríos de Babilonia, los mosquitos eran una plaga insoportable, una molestia nocturna. Quien podía, construía su dormitorio en lo alto de un árbol, ya que los mosquitos no volaban muy alto por el viento. Incluso las personas pobres descansaban envueltos en mosquiteras o en un lienzo.
El geógrafo e historiador griego Heródoto, del siglo V a.C., hace este relato: “En algunos lugares del país de Egipto, pasados los pantanos, sus habitantes pasan la noche en torres porque saben que los mosquitos no vuelan tan alto a causa del viento. Cuando no, se envuelven en unas mallas a modo de redes, las mismas que durante el día les sirven para pescar. No es posible dormir, aunque sea vestido, porque los mosquitos pican a través de la ropa”.
De esa costumbre egipcia procede la palabra “conopeo” = velo en forma de pabellón que antiguamente cubría la cama: del griego konops = mosquito, de donde konopeion = mosquitero.
También los chinos hacen dos mil años se tomaron en serio la amenaza de los insectos y los combatían con sulfuro de arsénico y polvo de crisantemo, o pelitre.
Pero en el campo el mejor insecticida era el natural: un herrerillo, pájaro insectívoro de unos doce centímetros de largo, mata a lo largo de su vida seis millones y medio de insectos. Un chochín o pollo de la perdiz come cerca de diez mil insectos desde que sale del cascarón hasta que se independiza, y la madre lleva al nido hasta treinta saltamontes en una hora.
Pero el hombre necesitaba ayuda extra contra los insectos. En el siglo XVII, se empleó un singular insecticida, la nicotina del tabaco: mano de santo contra el escarabajo de la ciruela, pulgas y pulgones de perros, gatos y hombres.
En 1828 fue tan grande la necesidad de combatirlos que se echó mano de todo tipo de productos. Se reparó en el valor insecticida del crisantemo, cuyo polvillo seco da lugar al piretro. Se utilizó el tumbo del Brasil y el nikoe de las Guayanas cuyas raíces contienen rutenona, capaz de actuar sobre el sistema nervioso de los bichos.
Los productos de origen vegetal son una alternativa a los insecticidas de síntesis química para reducir los efectos adversos de estos últimos sobre el ambiente y la salud humana.
Estas recetas se basan en productos orgánicos, sin necesidad de añadir químicos, por lo que se podrá combatir a las plagas de una manera sustentable y amigable con el medio ambiente. Sin embargo, se recomienda aplicar estos productos caseros siempre y cuando haya una alta población de insectos o cuando se observen varias hojas de la plantación con daños. No aplicar por aplicar, ya que esta acción podría producir un efecto contrario al que se desea.
Posiblemente prefiera el utilizar insecticidas “naturales” u “orgánicos” para controlar plagas. Los insecticidas orgánicos son aquellos que vienen de fuentes naturales. Estas fuentes naturales normalmente son plantas, como en el caso de piretrum (piretrinas) rototenonas o riania (insecticidas botánicos), o minerales como el ácido bórico, criolita o tierra diatomácea. La mayoría de los pesticidas orgánicos son insecticidas.
Aun que el producto sea considerado orgánico este es todavía un plaguicida. Es importante el ser cuidadoso cuando se utiliza un pesticida. Solo porque un producto se dice que es orgánico o un pesticida natural no significa que no es tóxico.
A partir de la necesidad por encontrar una nueva alternativa natural para el control de insectos plagas y reemplazar así los pesticidas sintéticos aparecen los insecticidas botánicos ofreciendo seguridad para el medio ambiente y una eficiente opción agronómica.
(Borembaum, 1989).
Muchas plantas son capaces de sintetizar metabolitos secundarios que poseen propiedades biológicas con importancia contra insectos plagas. (Matthews, 1993;
Enriz, 2000; Calderón, 2001; Céspedes, 2001; González-Coloma; 2002). La selección de plantas que contengan metabolitos secundarios capaces de ser utilizados como insecticidas naturales deben ser de fácil cultivo y con
principios activos potentes, con alta estabilidad química y de optima producción.
La búsqueda de métodos para la protección natural de cultivos sigue vigente a
pesar de que el mercado ofrece una variedad de productos muy amplia. La naturaleza nos proporciona medios para la protección de cultivos que merecen nuestra atención. Estos se originan en la riqueza intrínseca de las especies y que surgen de su lucha por la supervivencia. La protección natural de cultivos reduce el
riesgo de la resistencia en los insectos, tiene menos consecuencias letales
para los enemigos naturales, reduce la aparición de plagas secundarias, es menos nocivo para el hombre, y no ocasiona daños en el medio ambiente (Stoll,1989).
Como alternativa, los productos naturales provenientes de una gran variedad de plantas, actúan inhibiendo, repeliendo, disuadiendo o eliminando insectos plagas de distinto tipo (rastreros, voladores, chupadores, defoliadores, etc.) como así también estimulando procesos vitales de los cultivos para fortalecerlos y así protegerse de los ataques de las distintas pestes. Algunas de estas plantas han sido estudiadas científicamente y otras siguen vigentes por leyenda popular (Sánchez, 2002; Stoll),
1989).
Nombraremos algunas variedades de especies que podremos usar para nuestro insecticida:
Ajo: sirve de repelente para las hormigas ya que no les gusta su olor
Pimienta negra: El olor que desprenden hacen que las hormigas sean repelidas.
Canela: el fuerte aroma de la canela interrumpe los senderos de feromonas que utilizan para navegar y comunicarse, la canela contiene el compuesto cinamaldehido que es responsable de darle a la canela su olor y sabor característico, este compuesto es el utilizado como pesticida natural.
Elaborar un insecticida de origen natural para hormigas, que no afecte a otras especies y sea eficaz para el control de las hormigas
Hay algunos insectos que me causan miedo y me atemoriza cada vez que los veo o están muy cerca de mí, pero hay otros insectos que me gustan y no quiero que se vea afectados
sí fabrico un insecticida natural para hormigas, entonces no voy a dañar a otras especies
Después de investigar sobre las especias que podemos utilizar para realizar nuestro insecticida natural para hormigas, utilizamos los siguientes materiales para fabricar el nuestro.
Ajo, canela, pimienta negra, agua atomizador
1 dientes de ajo tamaño regular
1 raja de canela pequeña
5 pimientas
Agua 100ml
atomizador
Se colocan en un mortero para triturar
Ya mezclado y triturado procedemos a colocar en el atomizador que ya tiene el agua y lo dejamos reposar 24 hrs. Para realizar una infusión.
Los resultados obtenidos en cuanto al control de las hormigas con la mezcla usada dieron resultado; ya que la combinación de los diferentes aromas llega a confundir, y las hormigas no buscan un nuevo camino para llegar o entrar a casa, regresan por su camino sin buscar más alternativas o caminos.
La conclusión a la que se llego es que tenemos alternativas para poder hacer insecticidas no nocivos y eficaces para ciertas especies, sin dañar a las especies de insectos que no son dañinas lesivas o agresivas. Resultando un insecticida de fácil preparación, en casa con especies que siempre tenemos disponibles y a la mano.
Historia, C. (2022, December 17). Origen del insecticida | Quién inventó el insecticida. CurioSfera Historia. https://curiosfera-historia.com/historia-del-insecticida-origen-e-inventor/#:~:text=Primeros%20insecticidas
Mar 12, F. | H. 2756S | P., & Print, 1999 |. (n.d.). Pesticidas Orgánicos y Biopesticidas. Home & Garden Information Center | Clemson University, South Carolina. https://hgic.clemson.edu/factsheet/pesticidas-organicos-y-biopesticidas/
emaggi. (2005, April 5). Insecticidas naturales. Monografias.com.
https://www.monografias.com/trabajos18/insecticidas-naturales/insecticidas-naturales
https://ediciones.inca.edu.cu/files/folletos/plaguicidas_naturales.pdf
Los insecticidas que tenemos en la actualidad si bien son específicos para algunas especies de insectos no dejan de ser dañinos para otras especies, así como contaminantes por lo cual debemos de buscar alternativas que nos brinden eficacia, pero no dañen a otros insectos y a nuestro planeta, existen alternativas de forma natural para las especies de insectos que no les causan daño y no son mortales.