Existe una cantidad considerable de desperdicios alimenticios, en promedio una familia de 4 personas genera un kilo diario de deshechos orgánicos, y en pandemia, hasta 8 kilos, estos no siempre fueron destinados a causas útiles como compostas, si bien esta cantidad no siempre puede ser útil, también existe una parte considerable de alimentos desperdiciados, especialmente frutas y verduras, además de planificar bien las compras de insumos en casa un deshidratador solar es la alternativa sustentable de dar uso a cada pequeño trozo de algún vegetal o fruto que parecía desperdicio.
En casa procuramos aprovechar todos los insumos de frutas y vegetales que utilizamos en nuestro consumo diario, sin embargo, hemos notado que en algunas ocasiones las compras mal planificadas provocan un exceso de merma en estos, imprevistos o cualquier situación fuera de la rutina familiar, vacaciones, salidas de emergencia, o simplemente, restos de comida que no fueron aprovechados, como la mitad de un limón, un trozo de jitomate, etc.
Incluso, mi familia tiene un pequeño restaurante en el que trabaja los fines de semana, la merma de alimentos es grande cuando estos no se aprovechan al máximo por circunstancias propias del movimiento en la preparación de los alimentos.
La deshidratación ha sido desde siempre el mejor sistema de conservar los alimentos: se trata de extraer solamente el agua, mediante calor suave que no altera los nutrientes. La deshidratación no solo es útil para alargar la vida de nuestros alimentos sino también nos facilita el almacenaje, transporte y manipulación de estos.
Desarrollo Histórico en el Mundo y en México
La deshidratación de alimentos por distintos métodos y procesos ha sido utilizada desde que el hombre adoptó el sedentarismo como estilo de vida y se formaron las primeras comunidades, cuya actividad principal era la agricultura.
Hace más de 3,000 años los Incas de Perú producían papas y verduras secas aplicando los principios de la liofilización, un proceso de secado que se basa en sublimar el hielo de un alimento congelado, aprovechando las bajas temperaturas nocturnas para congelar las verduras que al día siguiente eran aplastadas para que exudaran los jugos, la operación se repetía hasta obtener capas muy finas que eran puestas al sol. Este proceso se realizaba a presiones atmosféricas reducidas debido a la altitud de las montañas (alturas superiores a los 3,000 metros). Imagen 1
Imagen 1. Incas
De forma similar, las tribus indias de los Siux y Cree de América del Norte desecaban la carne de búfalo disponiéndola en tiras, para golpearlas y extenderlas al sol, a la vez que le agregaban ácidos procedentes de los zumos de moras y nueces, para posteriormente sumergirlas en grasa con lo cual finalizaba el proceso de secado. A esta carne seca le llamaban pemmican. Imagen 2.
Imagen 2. Pemmican
Por otro lado, los aztecas ponían a secar al sol semillas de calabaza, granos de maíz, pescado e incluso algas, que eran consumidas como condimento de otros alimentos o acompañadas de tortillas.
La técnica de la deshidratación de alimentos mediante aire caliente como se conoce actualmente surge desde hace dos siglos en Italia y España como consecuencia de la importación de fruta desde África. Posteriormente, durante el siglo XIX, se empezaron a desarrollar en Estados Unidos los primeros secadores artificiales que sustituyeron a los solares, que eran los más comunes.
Durante la primera Guerra Mundial comenzó el deshidratado de gran escala debido a la necesidad de suministrar alimentos a los ejércitos, transportando productos agrícolas como col, zanahorias, apios, papas, maíz y nabos, secos a grandes distancias. Durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos entraron en operación más de 160 plantas de deshidratación, y para el año de 1975 en Francia se instaló el primer deshidratador artificial con control de temperatura de 40°C y un flujo continuo de aire caliente el cual era utilizado para secar rodajas delgadas de frutas y vegetales. Imagen 3.
Imagen 3. Conservas 1ra Guerra Mundial
Actualmente el auge y ventajas de estos productos es tal que se utilizan en diversas aplicaciones, como misiones espaciales, quedando como muestra el programa Gemini que duró 14 días de vuelo en el espacio, para los que se necesitaron 0.58 Kg/día de comida deshidratada por astronauta. Imagen 4.
Imagen 4. Comida para astronautas
Con el paso del tiempo se fueron desarrollando diversos métodos para la preservación de alimentos como el uso de sales, encurtidos, pasteurización, conservantes, y más recientemente, la radiación, sin embargo, el más utilizado siempre ha sido el deshidratado natural o artificial mediante el uso de distintas fuentes energéticas, como la solar
En México, al igual que en el mundo, desde que llegaron las primeras civilizaciones surgió la necesidad de conservar los alimentos, esto debido a las largas distancias que se recorrían continuamente y por la dificultad de obtener ciertos alimentos en determinadas épocas del año.
Dentro de estas formas de conservación la más común y sencilla fue el secado al sol, seguida de la salazón para carnes y pieles, el ahumado y la cocción, el enchilado, la obtención de pastas, el tostado de ciertos alimentos y hasta llegar a la más compleja de aquellas épocas que corresponde a la fermentación; todas ellas surgieron de la observación y la experimentación.
Con el paso del tiempo se han ido perfeccionando las técnicas de conservación y se han realizado estudios científicos para determinar los factores que intervienen en mayor grado durante proceso.
El principal uso de los alimentos deshidratados es como ingrediente y/o condimento en la elaboración de platillos, dándole a estos un valor agregado tanto por la presentación como por el sabor. Los productos que mayormente se deshidratan corresponden a hortalizas y en muchos casos son utilizados, a nivel industrial, como colorantes, condimentos y saborizantes, entre otros.
Las principales ventajas que representan estos productos en comparación con el uso de alimentos frescos son el tiempo de vida de los mismos, la considerable reducción de espacio para su almacenamiento y su fácil transporte y embalaje. En el caso de las frutas, se tiene preferencia por frutas tropicales deshidratadas como: piña, plátano, papaya y mango como una alternativa a “snacks” o colaciones bajas e incluso libres de grasas, los cuales causan un impacto positivo al verlos como un alimento saludable, al igual que con otros productos como pescado, carnes, té, café, azúcar, almidones, sopas, comidas precocidas, especias, hierbas, etc.
A nivel internacional los productos más demandados son:
Imagen 5. Alimentos deshidratados
Construir un deshidratador solar casero, para la conservación de algunas frutas y verduras.
Cuando mi mamá corta algunos vegetales o frutas en casa, procuramos aprovechar la mayor parte de estos, pero los pequeños trozos, una mala planificación en las compras, en ocasiones provocan que existan alimentos que pronto se descompondrán y no serán aprovechados, un deshidratador de alimentos nos ayudara a que no existan mermas en ningún alimento y todo sea aprovechado.
Si elaboramos nuestro propio deshidratador en casa, entonces podemos reducir considerablemente el desperdicio en algunas frutas y verduras, así como darles una segunda alternativa de conservación para nuestro consumo.
Investigación Documental
Pasando a la siguiente etapa de esta investigación, comenzamos con la búsqueda de información documental para encontrar alternativas de uso en desperdicios orgánicos, visitamos la biblioteca pública Sor Juana Inés de la Cruz ubicada en el municipio de Tultepec, en donde, de acuerdo a la autora de “Sustentabilidad” Georgina Barbosa, una de las alternativas de usos de productos orgánicos, es la deshidratación de estos para su conservación. Imagen 6
Imagen 6. Investigación documental
Y la forma más sencilla, económica y sustentable, es creando nuestro propio deshidratador solar.
La deshidratación es un procedimiento de conservación de alimentos que, al eliminar la totalidad del agua libre de este, impide la actividad microbiana y reduce la actividad enzimática. Recibe diferentes denominaciones, como secado, desecado e hidratación.
Un deshidratador es un aparato sencillo y que nos facilita enormemente la tarea de secar los alimentos, pero no hemos inventado nada. Los alimentos se secan desde el Neolítico y hay indicios de que todas las civilizaciones han utilizado este método. Es fácil de comprender, ya que es un método sencillísimo ¡sólo se necesita poner los alimentos al sol!
Ventajas de la deshidratación
Desventajas
Cuando secamos al sol tenemos la ventaja de que es un método barato, pero hay una serie de inconvenientes:
Investigación de campo
Mi primer encuentro en esta investigación ocurrió cuando note que, en el trabajo de mis papás, cada semana buscaban las alternativas mas eficientes para no desperdiciar alimentos sobrantes. Imagen 7
Imagen 7
Mi familia tiene un pequeño restaurante “Ramito de violetas”, este únicamente da servicio los fines de semana, por lo que sus insumos se planifican de acuerdo con los días de trabajo de este. Imagen 8.
Imagen 8. Restaurante “Ramito de Violetas”
Investigación Experimental
Materiales
Para elaborar nuestro propio deshidratador solar, necesitamos lo siguientes (Imagen 9):
-4 polines de dos pulgadas, en trozos de 45 cm.
-4 tablas de una pulgada de grosor y 5 cm de ancho, trozo de 50 cm un par, y el otro par en trozo de 1 m de largo.
-2 tablas de una pulgada de grosor y 5 cm de ancho, cortadas en trozo de 50 cm.
-Marco de madera de una pulgada de grosor, de 1m x 55 cm.
-Malla textil mosquitera
-Tijeras
-Taladro
-Pijas y clavos para madera
-2 bisagras
Imagen 9. Materiales
Procedimiento
1.- Unir las tablas y los polines para simular una mesa hueca. Con ayuda del taladro, las pijas y los clavos. (las medidas aquí citadas, son una recomendación, tú puedes aumentar o disminuir las dimensiones de acuerdo con tus necesidades).
2.- Colocar la malla textil mosquitera por debajo del marco de la mesa, fíjalo con clavos pequeños.
3.- Forrar de malla textil el marco de madera que servirá como tapa de la mesa.
4.- Unir con las bisagras el marco, a modo que cubra o sirva como tapa a la mesa, esto impedirá la entrada de insectos y la malla textil permite la circulación de aire en los alimentos.
5.- Está listo para usarse, coloca el deshidratador en un espacio en donde reciba los rayos del sol la mayor parte del día, abre el marco que cubre el mismo y coloca los vegetales o frutas que desees.
Ningún alimento debe estar en cocción, o haber estado previamente guisado, por ejemplo, este fin de semana quedaron algunos trozos de limón que ya habían sido partidos y unos trozos de jitomate que no fueron utilizados.
Obtuvimos productos deshidratados en un lapso no mayor a dos meses, aprovechamos el 90% de los alimentos frescos entre frutas, verduras y hierbas, evitando su descomposición. Imagen 20-22
Imagen 20
Imagen 21
Imagen 22
Los resultados han sido los esperados, es un proceso lento pero eficaz y sustentable, aun cuando se deben de tomar precauciones con la humedad del ambiente, seguirá siendo un proceso completamente natural.
Un deshidratador solar es una alternativa eficaz para dar uso a cada vegetal, fruta o especias que estuvieron a punto de convertirse en desperdicio organico, es una alternatiiva sustentable y completamente natural para disminuir notablemente estos residuos, y dar un optimo aprovechamiento a todos los alimentos.
https://ecoinventos.com/como-hacer-un-deshidratador-de-alimentos-solar-casero/
https://mejorconsalud.as.com/como-hacer-tu-propio-deshidratador/
Colina Irezabal Maria L. (2009) Deshidratación de alimentos. Editorial Trillas.
Keogh Michelle (2018) El Arte de Deshidratar. Editorial Gaia.
Ohaco E. Michelies de A. (2002) Deshidratación y Desecado de frutas, hortalizas y hongos. Ediciones INTA