Ricardo Iván Herrera Bautista
El objetivo de esta investigación es reducir las pérdidas y desperdicios de alimentos así mismo concientizar a las personas para evitar esta problemática que hay en el mundo, sin embargo, también es cierto que el cambio tiene que comenzar por uno mismo.
Limitar las pérdidas y el desperdicio de comida provoca problemas a nivel económico, social, nutricional, ambiental y ético por lo que resulta fundamental la partición de amplios segmentos de la sociedad y de los agentes de la cadena alimentaria puesto que todos ellos pueden contribuir de manera directa o indirecta en la prevención y reducción de las pérdidas y desperdicios de los alimentos, la búsqueda de estrategias que permitan reducir dicho problema.
El presente trabajo propone a través de métodos de conservación para personas que no administran correctamente los sobrantes de comida, que permite llevar una mejor administración de los alimentos en el hogar, visualizando su tiempo de almacenado y así evitar que dichos alimentos se descompongan y se desechen, promoviendo un consumo responsable.
Antes de llegar a nuestra mesa la mayoría de los alimentos que consumimos han sido transformados para consumirlos, entonces cuando se desechan desperdiciamos luz, agua, tiempo, electricidad, etc. Si nos damos cuenta afectamos mucho a la población y si los conservamos podemos ayudar al planeta.
Antes de llegar a nuestra mesa, la mayoría de los alimentos que consumimos han sido manipulados o transformados para poder disponer de ellos en buen estado cuando deseemos consumirlos; la necesidad de conservar los alimentos surge desde el tiempo de la prehistoria.
Desde que la humanidad se hizo sedentaria surgió la necesidad de conservar alimentos de un periodo productivo a otro. Es así como surgieron los primeros métodos de conservación de alimentos, tales como el ahumado, la cocción y el secado.
Debido a esto se pudo dedicar más tiempo a otras actividades, lo cual a su vez permitió el desarrollo de nuevas tecnologías y nuevos métodos de conservación.
Los microorganismos son la principal causa del deterioro de los alimentos que ingerimos. Existen sustancias que son capaces de inhibir, retardar o incluso detener los procesos de putrefacción, fermentación o enmohecimiento de los alimentos; éstas sustancias se llaman agentes conservadores.
Sabemos que el planeta Tierra tiene la
singularidad de poder crear y brindar a sus pobladores alimento necesario para
su supervivencia en ella, que además de darnos frutos, vegetales y animales, también nos da el conocimiento para poder manipularlos y crear nuevos productos donde ya interviene la mano del hombre, pero los cuales siguen siendo mal empleados por la población y por consecuencia terminan siendo desperdicios alimentarios.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los alimentos que nunca se consumen representan un desperdicio de recursos, como tierra, agua, energía, suelo, semillas y otros insumos utilizados en su producción.
La FAO estima un desperdicio global de entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano, esto presenta algo así como 1,300 millones de toneladas de alimentos, suficientes para alimentar a 2,000 millones de personas
Sólo en la Ciudad de México se desperdician cerca de 13,000 toneladas de comida diariamente mientras el 15% de la población que habita la urbe presenta alguna carencia alimentaria.
Las grandes urbes mexicanas como la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara son responsables de gran parte del desperdicio de alimentos en un país en el que cerca de 50 millones de mexicanos tienen problemas para acceder a la canasta alimentaria.
En países desarrollados de Europa, así como Estados Unidos, Japón, China o Australia, el mayor desperdicio de alimentos se da en la distribución y, particularmente en el consumidor, debido a que compra más de lo que puede comer. Mientras que en naciones con ingresos bajos, la pérdida se presenta en todos los eslabones de la cadena debido a la falta de infraestructura, tecnologías obsoletas y carencia de recursos para invertir en la producción.
México, desperdicio que lacera
Si en el país se frenara la pérdida de alimentos en los diferentes niveles de la cadena, los 50.8 millones de mexicanos que a la fecha no pueden adquirir lo mínimo indispensable para vivir, tendrían comida en su mesa todos los días.
El impacto medioambiental que trae consigo el desperdicio, ya que se generan emisiones de dióxido de carbono (CO2) innecesarias y que pueden ser equivalentes a las emisiones anuales de casi 15 millones de automóviles, aproximadamente los vehículos que circulan en los estados de México, Jalisco, Nuevo León y la Ciudad de México.
La FAO considera como desperdicio todos los alimentos destinados al aprovechamiento humano y que, al final, no son consumidos por la población; y va desde las pérdidas de grandes volúmenes en el campo, en el
almacenamiento o traslado, hasta
rechazar los que a la vista no son atractivos porque presentan un golpe o una manchita; más aún, aquellos que mantenemos en casa y terminamos tirándolos porque se echan a perder.
Es importante entender el desperdicio y sus etapas. De acuerdo con FoodPrint, empresa dedicada a la investigación y educación sobre prácticas de producción de alimentos, existen dos tipos de desaprovechamiento de alimentos:
La pérdida: Una disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los proveedores en la cadena alimentaria, excluyendo a los minoristas, proveedores de servicios de alimentos y consumidores, en las fases de producción, post-cosecha, almacenamiento y transporte.
El desperdicio La disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, proveedores de servicios alimentarios y consumidores, incluye la comida a medio comer que queda en el plato en un restaurante y los restos de la comida preparada en casa.
¿Dónde se da esa pérdida o desecho alimentos? En todos los puntos de la cadena alimentaria: en las granjas, barcos de pesca, durante el procesamiento, la distribución, en las tiendas minoristas, en restaurantes y en los hogares.
Y son justo los hogares los responsables de la mayor parte del desperdicio de
alimentos. Información del Índice de desperdicios de alimentos 2021, publicado por el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), en 2019 se estimó un desperdicio de alimentos de 931 millones de toneladas de los cuáles 61% provino de hogares, 26% del servicio de alimentos y 13% restante del comercio minorista, como supermercados o pequeños almacenes.
En general, las causas que generan esta descomposición y desecho de alimentos en el hogar son variadas, te enlistamos algunas:
Deterioro de alimentos: El deterioro ocurre debido a un almacenamiento inadecuado, falta de visibilidad en los refrigeradores, ingredientes parcialmente utilizados y necesidades alimentarias mal calculadas.
Preparación excesiva: En ocasiones las personas cocinan o sirven demasiada comida y a menudo más de la que se pueden terminar los miembros del hogar. Además es común olvidarse de comer las sobras y se terminan tirando.
Confusión en la etiqueta de fecha: Algunas personas desechan alimentos prematuramente debido a la confusión sobre el significado de las leyendas en las etiquetas, específicamente “Fecha de caducidad” o “Consumir preferentemente antes de…”
Compra excesiva: Las ventas de
productos inusuales y las promociones que fomentan las compras de alimentos
por impulso y al por mayor en las tiendas minoristas a menudo llevan a los consumidores a comprar artículos que no se ajustan a su plan de alimentación regular y, por lo tanto, se echan a perder antes de que puedan usarse.
Mala planificación: Sin un plan de comidas ni listas de compras, los consumidores a menudo hacen estimaciones inexactas de qué y cuántos ingredientes usarán durante la semana. Las comidas no planificadas en restaurantes o la entrega de alimentos también pueden hacer que la comida en el hogar se deteriore antes de que pueda usarse.
Las frutas y verduras son el alimento más desperdiciado en el planeta. De acuerdo con la FAO, mil 300 millones de toneladas se desperdician anualmente, equivalente a 44 por ciento de la producción. Los tubérculos, los cereales y la leche también representan altos niveles de despilfarro
¿En qué momentos ocurre esa pérdida de alimentos?
Una vez que llega a puntos de procesamiento o venta, los productos deben cumplir con ciertas características de tamaño y/o peso, lo que abre una ventana adicional al desperdicio Si se trata de productos que llegan directamente al punto de venta, entra en juego la estética de los alimentos, pues existe una tendencia a preferir productos perfectos, y los que visualmente no lo son (aunque ello no comprometa su inocuidad), se desechan por ser productos feos (ugly food)
En el caso de productos que pasan por algún procesamiento, también existe un porcentaje de pérdidas alimentarias.
Una vez que los productos llegan a los hogares, también están en riesgo de terminar en la basura, es también otro momento necesario de analizar, por las implicaciones que tiene en la economía familiar. Otro punto de fuga importante son los servicios de provisión de alimentos como restaurantes y hoteles, que también definen estándares estéticos que, al no ser cumplidos, desechan cantidades importantes de alimentos en buen estado.
Métodos de conservación de los alimentos
En la actualidad existen diversos métodos de conservación que se usan para diferentes alimentos dependiendo de las necesidades. Éstos van desde lo más básico hasta lo más complicado, desde los naturales hasta los químicos. Todos tienen sus propias características, e incluso riesgos.
La conservación de los productos alimenticios ha permitido al hombre disponer de ellos durante todo el año. Por lo tanto, la función principal de la conservación es retrasar el deterioro de los alimentos y prevenir alteraciones en su sabor, olor o aspecto.
Hay que recordar que los productos no perecederos (frutos secos, cereales, etc.) tienen un contenido en agua muy bajo, por lo que se pueden conservar a
temperatura ambiente simplemente
evitando los daños en sus respectivos envases. En cambio, los productos no perecederos (carne, leche, pescado, etc.) tienen un alto contenido en agua y constituyen un medio perfecto para el crecimiento de los microorganismos. Por ello a lo largo de la historia, se han desarrollado distintos medios de conservación de los alimentos.
Los métodos más usados han sido:
Hasta ahora las técnicas de conservación de los alimentos mencionadas se basaban en el calor, ahora vamos a ver las técnicas de conservación por frío. Los métodos de conservación por frío son los más eficaces, fáciles de aplicar que mejor mantienen las condiciones naturales de los alimentos. Son fundamentales para los manipuladores de alimentos.
cocinados para evitar la aparición de contaminaciones Además, hay que realizar controles cada cierto tiempo para controlar las temperaturas de la zona de refrigeración.
Yo elegí este tema ya que muy usualmente el desperdicio de los alimentos es muy común en muchos países, esto ocasiona la muerte de hambre, pero gracias a diferentes instituciones se ha rescatado a personas en esta situación, con este tema se pretende concientizar a las personas y así evitar tanto desperdicio de alimentos en el mundo.
Si conservo los alimentos próximos a caducar la gente tomará conciencia en que los alimentos son conservables y no desecharlos ya que causan afectación al planeta.
Experimental
Materiales Verduras en encurtido
2 Cacerolas Cucharas Pinzas
Frascos de vidrio con tapa 1 taza de Vinagre blanco 11/2 litro de Agua
2 cdas de azúcar 1 cda de sal
Verduras (cebolla morada, pepinos, coliflor, pimiento morrón, zanahorias, chile serrano, remolacha)
Especias (hojas de laurel, orégano, jengibre, albahaca, cúrcuma), ajos
PROCEDIMEINTO
Los resultados fueron buenos porque se obtuvieron conservas de verduras
Se conservaron verduras que pueden durar hasta un año lo que puede ayudar a conservar mejor la comida en caso de desastres naturales
Es necesario hacer conciencia de esta problemática que se vive dentro de la
vida familiar sin hablar de la cadena de distribución alimentaria tan preocupante, me puedo dar cuenta que las conservas ayudan bastante evitar el desperdicio de alimentos o hasta en caso de desastres naturales, así mismo cuando tiramos la comida la desperdiciamos no nos percatamos de que hay métodos y así evitarlo ayudará a mejorar las condiciones ambientales como desaprovechamiento de agua, explotación de tierra, daño en la biodiversidad, etc.
Se cumplió con la hipótesis porque en casa estamos realizando la práctica de reducir el desperdicio a través del método de conservación, tomar conciencia en la compra y así mismo congelar los alimentos, lo fui observando semanalmente que fue menor el desperdicio.