Resumen
Fomentar el cultivo y cuidado de plantas en la actualidad es algo vital para la enseñanza en los niños pequeños. En las ciudades, generalmente no se tienen espacios adecuados para la producción y cuidado de las plantas por lo que se adapta a los espacios pequeños, teniendo como finalidad la producción de jardines domésticos que representan una responsabilidad para las personas que desean tenerlos.
La preocupación por que estos espacios se cuiden de manera correcta, radica en que existen muchos tipos de abonos y fertilizantes en el mercado, pero su uso debe ser específico para las plantas, esto genera problemas, pues si no colocas la cantidad necesaria para las características de la especie es contraproducente, ya que los nutrientes que se ocupan químicamente suelen ser tan fuertes que las secan o matan. El conocimiento y divulgación sobre abonos ecológicos al alcance de todos es importante, pues existen muchos que nos pueden ayudar a cuidar el crecimiento y aspecto de las plantas sin sobre nutrirlas.
Este procedimiento para realizar este abono, es sumamente fácil y alcanzable, ya que se obtiene mediante las cáscaras de algunos productos que generalmente ya los ponemos en los contenedores de basura o que ya no consideraríamos como útiles. La cáscara de plátano y cascarón de huevo contienen nutrientes que ayudan a la tierra a mantenerse equilibrada y a su vez proporcionarle lo necesario a las raíces; no es tóxico ni es necesario ponerles diariamente, por lo que su uso es adecuado hasta para los más pequeños.
https://drive.google.com/file/d/1kYussskr9fvnZNqlXBUrFTbR-0cr0eQi/view?usp=sharing
Generalmente; los abonos y fertilizantes comerciales, sean orgánicos o químicos conllevan procesos de producción muy costosos y complicados además de que al tener un origen químico requieren un uso profesional, ya que están dotados de nutrientes que si bien es cierto son buenos para las plantas, también pueden resultar dañinos por exceso de los mismos ocasionando contaminación de aguas de subsuelo o bien que las plantas se sequen o mueran.
Los agricultores y las familias utilizan fertilizantes diariamente para facilitar el crecimiento de los cultivos y jardines. Ya sea para un pequeño jardín de flores y plantas, o para una granja grande con miles de acres de cultivos, se ha desarrollado una amplia gama de fertilizantes para que los diferentes cultivos crezcan en diversas condiciones de suelo y clima.
Con una población mundial en constante crecimiento, es importante producir suficientes cultivos cada año para proporcionar alimentos, ropa y otros productos agrícolas a la población mundial. Los cultivos como el maíz, el trigo y el algodón reciben nutrientes de la tierra donde crecen; los diversos cultivos agotan los nutrientes del suelo de diferentes formas y ritmos. El crecimiento de algunos cultivos puede agotar los nutrientes del suelo luego de unas pocas temporadas de siembra. Los fertilizantes desempeñan un papel importante a la hora de proporcionar cultivos con los nutrientes que necesitan para crecer y cosecharse para una alimentación nutritiva.
Las plantas y cultivos necesitan nutrientes para su buen desarrollo y un óptimo rendimiento del cultivo. Estos nutrientes los toman del aire a través de las hojas (CO2 y O2) y, principalmente, del suelo a través de las raíces (macronutrientes: N, P, K, Ca, Mg, S y micronutrientes: Fe, Mn, Zn, Cu, B,…). Para que un suelo o sustrato tenga y proporcione todos los nutrientes que la planta necesita es necesario fertilizar el suelo utilizando abonos, ya sea orgánicos, químicos o combinación de ambos.
¿Qué es mejor el abono orgánico o el abono químico?
Aunque en muchas ocasiones se crean situaciones de confrontación entre unos tipos y otros lo cierto es que la utilización de abonos químicos, abonos orgánicos o la aplicación combinada de ambos dependerá de las necesidades de la planta, las características específicas del suelo o sustrato, la extensión y tipo de producción del cultivo, y el punto de desarrollo (antes de la siembra, durante el desarrollo, etc.).
4.1 Diferencias y ventajas de abonos orgánicos y abonos químicos
Los abonos orgánicos son subproductos de origen animal y vegetal: estiércol (excrementos de vacas, cerdos, pollos, etc., procedentes de explotaciones ganaderas); compostaje de materia orgánica de diversa procedencia: restos vegetales postcosecha, restos de materia orgánica de consumo humano; lodos (procedentes de plantas depuradoras); turba; minerales; etc.
Aunque los abonos orgánicos contienen una combinación importante de nutrientes, su contenido o, más bien, su concentración en micronutrientes y macronutrientes suele ser baja y variable, por lo que hay que aportarlos en altas concentraciones para cubrir las necesidades de fertilización del suelo. Pero, por otro lado, los abonos orgánicos aportan grandes beneficios y mejoras a la calidad y condiciones del suelo ya que:
Por su parte, los abonos químicos o fertilizantes químicos, tienen un origen sintético y se producen por la industria agroquímica a partir de sustancias naturales o mediante síntesis química. Los fertilizantes químicos tienen algunas claras ventajas:
Pero los abonos químicos presentan también limitaciones, ya que sólo afectan a la presencia de nutrientes en el suelo, sin mejorar realmente las características físicas de este. (Figura 1). Por otro lado, al contener nutrientes en gran concentración su aplicación en exceso puede provocar importantes problemas de contaminación ambiental, especialmente los abonos nitrogenados y la contaminación de aguas del subsuelo.
Los abonos químicos y los abonos orgánicos pueden ser dos formas complementarias para fertilizar los suelos. Dependiendo de las características del cultivo y el tipo de producción (no es lo mismo hablar de un pequeño jardín que de una gran explotación agrícola) podremos utilizar preferentemente abonos orgánicos, fertilizantes químicos o una combinación de ambos.
Figura 1. Presencia de nutrientes en el suelo, sin mejorar realmente las características físicas de este
“Los abonos son un producto muy necesario en agricultura ya que aportan aquellos nutrientes que necesitan los cultivos para su correcto desarrollo y poder llegar a altos rendimientos.”
Según el origen, podemos encontrar tres tipos de abono: fertilizantes de origen vegetal, que pueden ser fertilizantes minerales orgánico o de síntesis:
La principal ventaja de los abonos orgánicos es el aporte de materia orgánica al suelo que ayuda a mejorar la estructura de este a largo plazo. Además el nitrógeno orgánico se descompone de forma lenta y gradual por lo que se aportan nutrientes a largo plazo. En el caso de las deyecciones orgánicas el precio también es un punto muy positivo.
Algunos abonos orgánicos como la materia orgánica líquida, deyecciones ganaderas ecológicas o compost están permitidos como fertilizantes para la agricultura ecológica.
Los principales inconvenientes de los abonos orgánicos es su heterogeneidad y la dificultad para conocer exactamente la composición. Este problema se incrementa en el caso de deyecciones ganaderas no compostadas. Su almacenamiento y conservación son también un inconveniente respecto a los abonos minerales.
Hay tres nutrientes fundamentales para las plantas. El nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio (K). Además también hay otros nutrientes importantes para la nutrición de los cultivos como el azufre u otros microelementos como el magnesio o boro.
La primera clasificación que podemos hacer es según la presentación de los abonos. Esta clasificación es básica ya que nos indica con qué maquinaria deberemos aplicar el producto, además de la calidad del abono.
Según su presentación los abonos pueden ser, según su estado: sólidos, líquidos o gaseosos. En general, los más usados son los dos primeros.
Los abonos sólidos en general se aplican con una abonadora para sólidos aunque en ciertos casos se pueden aplicar disueltos en agua mediante el riego o con pulverizador. En este grupo encontrar también varias presentaciones:
Además, el abono sólido lo podemos clasificar según su composición en dos categorías: blending o mezcla y complejo.
La mayoría de abonos están formados por varios compuestos químicos para conseguir la composición deseada de los distintos nutrientes.
Esto hace que al aplicarlos haya diferencias entre abonos blending y complejo. Los blending se distribuyen peor en el suelo que los complejos ya que según la densidad y tamaño de cada partícula de distinta composición puede llegar más o menos lejos al ser aplicada al suelo.
Los abonos en general son suspensiones o soluciones de abonos sólidos en un medio líquido. Se aplican con pulverizadores o con el sistema de riego y en ciertos casos se pueden disolver en agua para su aplicación.
Los abonos también se clasifican según el momento de aplicación. Además en cada momento de aplicación se suelen usar un u otro tipo de abono según su composición.
4.2 Abono Ecológico
¿Por qué es importante el empleo de los fertilizantes orgánicos cuando en el mercado hay fertilizantes minerales de concentraciones más elevadas de nutrientes?
Los nutrientes de origen orgánico contenidos en los fertilizantes orgánicos, deben transformarse en el suelo gracias a los microorganismos en nutrientes minerales para poder ser asimilados por las plantas, y su incorporación a los cultivos es más paulatina y gradual que si proceden de abonos minerales, por lo que sería más lógico el empleo de éstos de mayores concentraciones de nutrientes.
Sin embargo, el verdadero interés de los fertilizantes orgánicos es la incorporación de materia orgánica, pues las extracciones de los cultivos con las cosechas y rastrojos y la meteorología con la mineralización, hacen disminuir los niveles de materia orgánica de los suelos, por lo que es necesario reponerla.
¿Puede explicar por qué es necesario reponer la materia orgánica de los suelos?
La materia orgánica forma complejos con los minerales de los suelos que tienen la capacidad de retener nutrientes y ponerlos a disposición de los cultivos, disminuyendo lixiviaciones y bloqueos, lo que favorece la asimilación de los nutrientes minerales. Es decir, la materia orgánica es sinónimo de fertilidad de los suelos.
Con materia orgánica además se mejoran las características físicas como porosidad, retención de agua, permeabilidad, etc. y se estimula la flhttps://aefa-agronutrientes.org/fertilizantes-organicos-organo-minerales-y-enmiendas-organicasora microbiana que a su vez facilita la transformación de los compuestos del suelo en nutrientes disponibles para los cultivos. En definitiva, con el uso intensivo de fertilizantes minerales se obtienen elevados rendimientos pero se salinizan paulatinamente los suelos, lo que lleva a un “cansancio” de los mismos con merma de las cosechas.
El aporte de materia orgánica favorece la asimilación de los nutrientes minerales y por tanto la eficiencia de la fertilización mineral. Puesto que la materia orgánica del suelo disminuye por las extracciones y la mineralización, es necesario reponerla mediante la incorporación de fertilizantes orgánicos.
La ventaja de este tipo de fertilizantes es que no contaminan ni el suelo ni las plantas. Por tanto, son más saludables, ya que mantienen la composición natural del suelo, que se regenera, se llena de nutrientes y evita la acidificación, un proceso que, a la larga, impediría el cultivo.
Por otra parte, los abonos ecológicos sirven para todo tipo de suelos y de plantas. Solo hay que tener en cuenta las características tanto de la tierra como de las plantas que queremos abonar. Son, dicho de otra forma, más específicos que los abonos químicos.
En realidad, cualquier persona puede generar compost natural en casa. Ni siquiera es indispensable tener jardín o terraza, aunque ayuda, sobre todo, por el tema de evitar los olores.
Como vemos, la cáscara de huevo para las plantas es un abono conocido y fácil de preparar, pero no es el único. Plátanos, patatas, té, el agua donde hervimos las verduras y, en general, todo residuo orgánico producido en la cocina se puede aprovechar para nuestro jardín o huerto. (Figura 2)
No solo estaremos cuidando nuestras plantas y la tierra donde crecen, sino que estaremos protegiendo el medio ambiente siguiendo los preceptos de la economía circular donde nada se desaprovecha. Eso sí, no abuses de ellos y ten en cuenta los cuidados que necesita cada planta, por ejemplo aquellas que necesitan poco riego.
Figura 2. La cáscara de huevo para las plantas es un abono conocido y fácil de preparar
4.3 Propiedades del cascarón de huevo y cáscara de plátano
La cáscara de huevo está compuesta de carbonato de calcio, y cada cáscara de tamaño mediano tiene alrededor 750-800 mg. de calcio. Esta protectora del huevo es rica en proteínas, magnesio, selenio, estroncio y otros ingredientes que se asimilan a la composición de los huesos, por lo que se utiliza como una buena alternativa a suplementos para fortalecer los huesos y combatir la osteoporosis. De igual manera, estimula a que la médula ósea produzca células y ayudar a regular los niveles altos de colesterol e hipertensión.
La cáscara representa el 9-12 % del peso total del huevo y contiene poros que permiten ingresar oxígeno y liberar el dióxido de carbono y la humedad hacia afuera.
Elaborar un tratamiento para plantas a base de cascaron de huevo y cáscara de plátano como auxiliar en la nutrición y eliminación de plagas
El uso de desechos orgánicos del hogar para la producción de abonos alcanzables para todos sin modificar la composición y PH de la tierra es indispensable para preservar las plantas de los jardines domésticos que no necesitan el tipo de nutrientes químicos que están en venta en los centros comerciales, además de que al no ser químico o tóxico los pequeños pueden ayudar a su producción y uso.
Si logramos elaborar un tratamiento para plantas a base de cascaron de huevo y cáscara de plátano entonces podremos auxiliar a las plantas de nuestros jardines en la nutrición y eliminación de plagas de manera segura y a bajo costo.
Materiales:
Utensilios:
(Figura 3)
Figura 3. Utensilios y materiales
Procedimiento:
Cáscara de plátano
Figura 4. Figura 5. Figura 6
Figura 7
Cáscara de huevo
Hacemos una mezcla de agua y jabón, con ayuda de un sacate fino tallamos todos los cascarones uno por uno cuidando de retirar los restos de contenido de los cascarones. (Figura 9).
Conclusiones
Después de observar el comportamiento de los árboles desde el mes de diciembre, pudimos concluir lo siguiente: