Durante millones de años, los seres vivientes de la Tierra han ido adaptando sus procesos biológicos de acuerdo con dos ciclos astronómicos fundamentales: La sucesión de las estaciones y la alternancia día-noche. Cualquier perturbación en alguno de ellos originaría distorsiones cuyo alcance desconocemos, pero que, con toda seguridad, ocasionarían la extinción de algunas especies y la aparición de nuevas exigencias adaptativas para las demás.
https://youtu.be/55k5VssNTCk
La acción del hombre y su cultura sobre el medio ambiente está, en la actualidad, generando una seria alteración en ambos ciclos cósmicos. Entre más elevados niveles de “Bienestar” demanda el hombre, se consume cada vez más energía. En la actualidad no tenemos una cultura que nos enseñe a cuidar el uso de la energía, a pesar de que es importante ya que el consumo energético se basa en la conversión en energía de recursos naturales no renovables (carbón, petróleo o uranio) y además en los procesos de conversión en energía, transporte y su posterior consumo, se generan residuos que contaminan gravemente el medio ambiente (radioactividad, lluvia ácida, contaminación de los mares, contaminación atmosférica por humos tóxicos) y amenazan con alterar el equilibrio climático (efecto invernadero por emisión de CO2 ).
La contaminación lumínica es una de las últimas consecuencias de nuestra actual forma de vida en las sociedades modernas. Consiste en la emisión de luz artificial hacia el cielo nocturno desde luminarias mal apantalladas hasta numerosos anuncios publicitarios llenos de iluminación. La consecuencia es que el cielo pierde su natural oscuridad. Las estrellas y otros objetos astronómicos desaparecen, haciéndose imposible su estudio o su simple observación.
Aparte de ello, la proyección de luz artificial en el entorno nocturno es causa de una severa distorsión en la conducta y los ciclos naturales de los animales y plantas. La producción de esta luz desperdiciada también genera gases que incrementan el calentamiento global de la Tierra y otros efectos medioambientales indeseados. Evitar la contaminación lumínica es un beneficio general para la Humanidad.
¿Porque están desapareciendo las estrellas? y cómo podemos ayudar para que no se realice este fenómeno. He observado que la noche está llena de luminarias que alumbran las calles pero también destellan al cielo haciendo que se desvanezca la oscuridad del cielo y con ella la presencia de la estrellas.
Entendemos como contaminación lumínica a la emisión directa o indirecta hacia la atmósfera de luz procedente de fuentes artificiales, en distintos rangos espectrales. Sus efectos manifiestos son: la dispersión hacia el cielo (skyglow), la intrusión lumínica, el deslumbramiento y el sobreconsumo de electricidad.
La dispersión hacia el cielo se origina por el hecho de que la luz interactúa con las partículas del aire, desviándose en todas direcciones. El proceso se hace más intenso si existen partículas contaminantes en la atmósfera (humos, partículas sólidas) o, simplemente, humedad ambiental.
La intrusión lumínica se produce cuando la luz artificial procedente de la calle entra por las ventanas invadiendo el interior de las viviendas. Su eliminación total es imposible porque siempre entrará un cierto porcentaje de luz reflejada en el suelo o en las paredes.
El deslumbramiento se origina cuando la luz de una fuente artificial incide directamente sobre el ojo, y es tanto más intenso cuanto más adaptada a la oscuridad esté la visión. Al ser éste un efecto indeseado, toda la luz que lo origina no se aprovecha, cosa que no sólo es un despilfarro, sino que constituye un elemento evidente de inseguridad vial y personal.
Un alumbrado ideal sería aquél que disminuiría paulatinamente el nivel de luz en dirección saliente, dando al ojo un mínimo tiempo para empezar a adaptarse a la oscuridad.
La emisión indiscriminada de luz hacia el cielo y su dispersión en la atmósfera constituyen un evidente atentado contra el paisaje nocturno, al ocasionar la desaparición progresiva de los astros. Algunos de ellos no tienen un brillo puntual como las estrellas, sino que son extensos y difusos (las nebulosas y las galaxias) y, por esta razón, son los primeros en resultar afectados. Su visión depende del contraste existente entre su tenue luminosidad y la oscuridad del fondo del cielo. Al dispersarse la luz, éste se torna gris y estos objetos desaparecen.
Al incrementarse más y más el brillo del cielo, acaban por desaparecer también, de forma progresiva, las estrellas, con lo que, al final, solamente las más brillantes, algunos planetas y la Luna resultan visibles en medio de un cielo urbano que es como una neblina gris-anaranjada.
La destrucción del paisaje celeste comporta, a mi entender, profundas consecuencias culturales y humanas. Si el desplazamiento masivo de la población desde áreas rurales a las urbanas ya implica de por sí una pérdida inevitable de las formas de vida tradicionales y de los elementos culturales en que éstas se basan, la imposibilidad de contemplar el cielo desde las ciudades priva además al individuo de un contacto directo con el universo.
En las sociedades rurales, en épocas anteriores, la presencia del firmamento y sus fenómenos era algo con lo que, tradicionalmente, se convivía.
Los ciclos cósmicos y su vinculación con la agricultura y la tradición han generado a lo largo de los tiempos un patrimonio cultural y folclórico (en el mejor sentido del término) que está desapareciendo a pasos agigantados: el conocimiento de las constelaciones, con todas las historias vinculadas a ellas; su posición en el cielo en relación con la época del año; su relación con las tareas agrícolas; la nomenclatura popular con la que se designaba a las estrellas y otros astros; expresiones del lenguaje ordinario que incluían referencias astronómicas; la posibilidad de observar fenómenos celestes como lluvias de estrellas, cometas y todo un tesoro de leyendas construido alrededor de la contemplación del firmamento constituyen hoy una relación de cuestiones para el recuerdo.
Proporcionar alternativas que favorezcan la permanencia de las estrellas en el cielo.
Elegí este tema para investigar porque desaparecen las estrellas, ya que me di cuenta que en el campo se observan más que en la ciudad.
Si la vida urbana – moderna disminuye la contaminación lumínica entonces las estrellas permanecerán en el cielo.
Materiales
Procedimiento.
Una vez construida la maqueta que semeja una calle de la ciudad, se coloca una lámpara que será la fuente de luz que emite regularmente una lámpara en la calle.
Se colocaran diferentes vasos desechables con las siguientes características:
Con este proyecto pude comprender que las estrellas no desaparecen del cielo, si no que la vida urbana y moderna con sus tecnologías y el afán de querer tener “mejor iluminación” provoca que inconscientemente creamos tener un beneficio, pero no valoramos las cosas naturales que se pierden, sin darnos cuenta contribuimos a la contaminación lumínica.
Entonces, si modificamos la idea muy extendida y arraigada de que “cuanta más luz mejor”. Acabar con esa idea supondría un importante cambio de perspectiva que haría posible avanzar hacia el convencimiento de que en realidad si se quiere ver y vivir la noche, lo mejor es usar formas eficientes de luminarias y no caer en el abuso de estas. Eentonces las estrellas permanecerán en el cielo.
Pere H. (1999) ¿Quién nos ha robado la vía láctea? El problema de la contaminación lumínica. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, Madrid recuperado de: https://www.celfosc.org/biblio/general/horts1999.pdf
“#IluminAconCiencia: Taller “Encendemos las estrellas” recuperado de: https://youtu.be/YDgTEyl464w
Museo de la ciencia y el agua (xxxx) El lado oscuro de la luz: Dossier de la exposición Recuperado de: https://www.fecyt.es/sites/default/files/events/attachments/2015/07/dossier_lado_oscuro_de_la_luz.pdf