Ciencias de los materiales

Pandilla Kids (3ro., 4to., 5to. y 6to. Año de primaria)

PK-84-CM Shampoo a base de Aloe vera.

Asesor: Monica Romero Jimenez

Resumen

La Sábila tiene múltiples beneficios en el cuerpo humano y en el cabello no es la excepción ya que la mayoría de Shampoo, y es que la sábila contiene más de 6 vitaminas que ayudan a tener un cabello casi perfecto, esta cuenta con vitaminas como: B1, B5, B6, B12, A y C y calcio de ahí la razón y la importancia de aplicarlo en nuestro cabello naturalmente o bien con un Shampoo a base de esta planta y lo mas importante es que este shampoo al ser natural no contiene agentes cancerígenos como muchos de los shampoos que se encuentran en el mercado y que no son naturales, en este proyecto les enseñaremos a elaborar el shampoo de aloe vera de manera fácil.

Pregunta de Investigación

¿Cómo elaborar un shampoo orgánico a base de aloe vera?

Planteamiento del Problema

Cada día nuestro cuerpo está expuesto a cientos sustancias que pueden dañarlo. Se trata de agentes químicos, aditivos o ingredientes que las grandes marcas de la cosmética siguen utilizando, a pesar de que están prohibidas, y estar demostrado que su uso frecuente puede provocar cáncer, pero las grandes ganancias de este tipo de productos supera toda ética. En el mercado existen mas de 100 marcas de shampoo que contienen ingredientes cancerígenos es por eso que enseñaremos como fabricar el shampoo a base de aloe vera. El Centro para la Salud Ambiental, de Oakland, California, ha analizado los componentes de gran cantidad de champús y ha detectado que 98 de ellos contienen un producto catalogado como cancerígeno llamado dietanolamina cocamida, también conocido como cocamida DEA.

Antecedentes

El uso del aloe vera como planta de alto potencial medicinal se ha conservado sobre todo en los pueblos orientales y americanos. Fue precisamente Cristóbal Colón, quien desempeñó un papel muy importante en la propagación de la planta.

El Aloe Vera es canario. Al parecer, desde las Islas la planta fue trasladada al Nuevo Mundo por los conquistadores y franciscanos, quienes realizaron las primeras

plantaciones en la isla de La Española. De ella procede el nombre científico de la especie más explotada, el ‘aloe barbadensis’.

El uso de la ‘pita’ está documentado entre los más destacados cronistas de la antigüedad. Sabemos con certeza que, desde el siglo XVI antes de Cristo, escrituras egipcias y, posteriormente la Biblia, hacen mención a esta planta. Se dice incluso que el filósofo Aristóteles persuadió a Alejandro Magno para que conquistara la isla de Sócrotora, con el propósito de obtener suficiente cantidad de aloe para la curación de las heridas de sus soldados. La descripción más antigua conocida se encuentra en el papiro egipcio de Ebers del 1.500 a.C., en donde se detallan más de 12 remedios a base de aloe vera. No faltan tampoco textos en los que destacados médicos de la época, como Dioscórides y Plinio, elogiaron sus propiedades.

Los árabes, grandes amantes de la planta, lo llevaron en sus campañas y, al finalizar la reconquista, dejaron extensas plantaciones en la Península. Se trató de cultivar en el norte de Europa, donde la planta no resistió el frío del invierno. La dificultad para la conservación de la planta hizo que se olvidaran sus virtudes y cayó en el olvido sustituido por otros remedios. Se continuó, no obstante, comercializando el árbol en polvo.

En la actualidad, pese a que el aloe continúa sin tener suficiente aval entre la comunidad internacional médica, son muchas las investigaciones tendentes a descubrir los beneficios de su uso en afecciones terminales como el cáncer o el sida.

Así el Departamento de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos ha autorizado el uso de productos elaborados con los principios aislados activos de la planta para tratamientos contra el VIH, e investigaciones de los Laboratorios Carrington de Irving (EE UU) demuestran una mejoría entre los enfermos de sida cuya alimentación se reforzó con jugo de aloe vera. Igualmente científicos de la Universidad de Texas han puesto de relieve que los polisacáridos del aloe son potentes agentes anticancerígenos.

Egipto

Los primeros registros acerca de la savia nutritiva de Aloe Vera se realizaron hace casi 6000 años en Egipto. Se consideraba una planta cuya “sangre” proporcionaba belleza, salud e inmortalidad. Tanto Cleópatra como Nefertiti apreciaban el jugo benefactor y lo utilizaban en sus cuidados diarios de belleza. El uso de Aloe era considerado como el afán por la belleza corporal.  Los cadáveres se embalsamaban con Aloe – por su efecto bactericida y fungicida. Se creía que al impedir la descomposición del cuerpo se alcanzaría la vida eterna – tanto corporal como espiritual. La planta de Aloe se tenía por “la planta de la inmortalidad. En el “Papiro Eber” (1550 a.C.) se mencionan sus efectos anti-inflamatorios y analgésicos.

Mesopotamia

En las tablas de barro de Nippur (2200 a.C.) ya se hizo mención escrita de Aloe. Sus propiedades para limpiar el tracto intestinal eran conocidas. Tal y como se comprendían las cosas en aquellos tiempos, las enfermedades eran interpretadas siempre como una señal de la penetración del diablo en el cuerpo. Solo una planta divina podía ahuyentar los demonios. O sea, ALOE era considerada una planta divina.

Alejandro Magno

En los países asiáticos, la planta de  Aloe ya constituía una parte integrante de los tratamientos médicos. Alejandro Magno (356 – 323 a.C.) mandaba curar las heridas de sus guerreros con el jugo de Aloe y disponía que se plantara en los carros de combate para tener siempre suministros frescos durante sus campañas. Dicen que Aristóteles convenció a Alejandro Magno para conquistar la isla Socotra con el fin de hacerse con las plantaciones de Aloe – de este modo se disponía de suficiente material para cuidar de los guerreros heridos.

Dioscórides

También los romanos aprovecharon la experiencia de egipcios y griegos con los efectos beneficiosos de la planta de Aloe. Durante el reinado del emperador Nerón, en torno a 50 d.C., vivió el médico naturalista Dioscórides, que viajaba por todo Oriente. Este médico escribió un tratado de farmacología en varios tomos, incluyendo muchas recetas para el tratamiento de cientos de enfermedades. En los amplios capítulos sobre el efecto positivo de las plantas, describe la planta de Aloe como una de sus plantas preferidas. Él recomendaba el jugo de aloe para el tratamiento de heridas, en caso de molestias estomacales e intestinales, para inflamaciones de las encías, dolores articulares, prurito, insolación, acné, alopecia, etc.

La medicina china

Ya en tiempos de los viajes de Marco Polo, la cultura china conocía los beneficios de Aloe en los tratamientos médicos. En el libro de curaciones Shi-Shen es descrita como “Medio de la Armonía”  – un valor central de la vida en el Reino del Medio. Una valoración similar se hizo en Japón: era venerada como “la planta real”, se comía y se bebía su jugo; los Samurai la utilizaban como ungüento.

Colón

Con Aloe Vera se descubrieron nuevos mundos: Cristóbal Colón llevaba en sus barcos macetas con plantas de Aloe para curar con su jugo las heridas de sus tripulantes.

En el siglo 16 los monjes jesuitas españoles – hasta hoy famosos por ser los más entendidos en plantas y sus efectos curativos – coleccionaban la planta silvestre de Aloe y la propagación en lugares donde aún era desconocida. Los indios mayas dieron nombre al jugo de esta planta del desierto: “Fuente de Juventud”.

Los indios

Durante el siglo 16, las tribus indias americanas se familiarizaron con la planta medicinal Aloe. Era para ellos una de las 16 plantas sagradas, que se veneraban como si fuesen dioses. Diluían el jugo de Aloe con agua y se untaban todo el cuerpo con esta sencilla mezcla para proteger sus cuerpos durante las duras marchas en terreno pantanoso  Esta propiedad repelente de insectos de Aloe fue utilizada también por los indios para proteger los materiales vulnerables a los ataques de los insectos, como la madera. De este modo permanecía durante muchos años sin daños.

Objetivo

Elaborar un shampoo saludable a base de aloe vera que no contenga sustancia químicas que puedan afectar a nuestra salud.

Justificación

Nos interesó este tema porque muchos de los shampoos comerciales que se venden actualmente, contienen sustancias cancerígenas y queremos proponer una alternativa natural a base de aloe vera.

Hipótesis

Si elaboramos un shampoo a base de aloe vera lograremos una excelente opción saludable que no contenga agentes cancerígenos y que traerá muchos beneficios para nuestro cabello.

Método (materiales y procedimiento)

Ingredientes

-250ml de shampoo neutro

-Una penca de sábila de 15cm

-30ml de miel de abeja.

-Licuadora, colador y cuchara.

1.-Quitar la pulpa de la penca y colocar en la licuadora.

2.-Agregar miel 30 ml

3.-Agregar 250 ml de shampoo neutro

4.-Mezclar hasta integrar los ingredientes.

5.-Colar y verter en un recipiente de plástico y dejarlo reposar durante 24 horas.

 

Galería Método

Resultados

Se obtuvo aprox. 330 ml de shampoo que nos durara 15 dias y su costo fue de 100 pesos.

Galería Resultados

Discusión

Conclusiones

El Shampoo fue probado durante 15 dias, al final de la prueba nos dimos cuenta que nuestro cabello se encontraba más sedoso y brillante los resultados fueron positivos.

Bibliografía

La nación de las plantas

Estefano Mancuso

Producción y aprovechamiento de la sábila.

Billy Alexander Pineda

https://ecocosas.com/salud-natural/champu-solido/

https://ecocosas.com/salud-natural/champu-solido/

Summary

Research Question

Problem approach

Background

Objective

Justification

Hypothesis

Method (materials and procedure)

Results

Discussion

Conclusions

Bibliography